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Los candidatos a suceder a Wojtyla airean sus diferencias al debatir los retos de la Iglesia

El Papa estudia con los cardenales nuevas vías para impulsar la expansión del catolicismo

Los 155 cardenales que han acudido al consistorio extraordinario convocado por el Papa iniciaron ayer el repaso a los desafíos que le esperan a la Iglesia en el Tercer Milenio. La sesión inicial dejó claras dos cosas: la primera, que la Iglesia católica está decidida a renovar sus métodos, y a encontrar las vías idóneas para impulsar la misión evangelizadora, incluso en un continente tan ajeno al catolicismo como Asia. Y la segunda, que la búsqueda del sucesor de Karol Wojtyla no será fácil por las profundas divisiones que asoman en el colegio cardenalicio sobre la organización de la curia romana.

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El cardenal francés Roger Etchegaray, presidente de la comisión que organizó el Jubileo del 2000, y al parecer, uno de los inspiradores de este consistorio, fue el primero ayer, en suscitar el tema de la necesidad de redoblar los esfuerzos evangelizadores en un mundo global. Era la primera respuesta al discurso de bienvenida de Juan Pablo II a los cardenales, en el que explicó las razones de la reunión. 'En la Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte, que he querido firmar precisamente durante el solemne rito conclusivo del Jubileo, he subrayado la exigencia de poner claramente de relieve 'los aspectos programáticos concretos' de la acción evangelizadora de la Iglesia, al alba de un nuevo milenio', dijo Wojtyla. 'Se trata de identificar los objetivos misioneros prioritarios y los métodos de trabajo más idóneos, aparte de buscar los medios necesarios', añadió el Papa.

Un lenguaje preciso, casi como el de un consejo de administración, para introducir el complejo tema de la expansión de la Iglesia y de una mayor penetración del mensaje de Cristo en las sociedades evolucionadas.

De los 183 cardenales que integran el colegio, sólo han faltado 28 (todos por razones de edad o salud) a una cita que proporcionará a los asistentes y al Papa una ocasión excepcional para conocerse y conocer las posiciones de las distintas corrientes sobre los desafíos a los que tendrá que hacer frente la Iglesia en el tercer milenio. 'Es la primera vez que un Papa se dispone a trazar el programa de trabajo de su sucesor', comentaba un vaticanista sorprendido de la energía de Wojtyla, en el ocaso de su pontificado.

Las sesiones de trabajo, que terminarán el jueves 24, se desarrollan a puerta cerrada. Entre los 16 cardenales que intervinieron en la sesión de la mañana de ayer, destacó el comentario del cardenal de Toledo, Francisco Alvarez Martínez, quien subrayó que los temas de la familia deberían ser el eje principal de la doctrina social de la Iglesia en el próximo siglo. 'En la relación hombre-mujer, hay un componente ético consustancial en la medida en que en esta relación esté presente el amor', dijo.

Antes de llegar a Roma, a cada uno de los purpurados les llegó un cuestionario con poco más de media docena de preguntas que el Pontífice se plantea en estos momentos, y sobre las que quiere conocer la opinión de su senado. Una de ellas se refiere a la modernización de la curia romana, el gobierno de la Iglesia. 'Desde el Concilio Vaticano II se ha hecho mucho en lo que se refiere a la modernización de la curia romana, la organización de los Sínodos, el funcionamiento de las Conferencias Episcopales, pero queda mucho por hacer para expresar mejor la potencialidad de estos instrumentos, ¿qué sugiere usted en este sentido?' Algunos, como el presidente de la Conferencia Episcopal alemana Karl Lehmann se han expresado ya al respecto subrayando la necesidad de dar un giro radical en la organización de la Iglesia, y proponen la convocatoria de un nuevo Concilio. Una posición similar sostiene el cardenal brasileño Aloisio Lorscheider, arzobispo de Aparecida, y ex presidente de los obispos brasileños que en una entrevista al diario católico francés La Croix anunciaba ayer que pedirá al Papa más descentralización y más colegialidad en el Gobierno de la Iglesia. Lorscheider cree que el Papa es víctima del control férreo que ejerce sobre él la curia romana y que la reforma intentada por el Pontífice no ha tenido éxito.

Las únicas opiniones emitidas ayer al respecto fueron de signo contrario. El cardenal brasileño Eugenio Sales Araujo defendió el principio de la primacía del Pontífice. 'La fidelidad al Papa y la unidad con el Papa son parte integrante de la fe cristiana', dijo Sales.

El Papa rezó ayer con los cardenales que asisten al sexto consistorio extraordinario, en la inauguración del encuentro.
El Papa rezó ayer con los cardenales que asisten al sexto consistorio extraordinario, en la inauguración del encuentro.AP

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