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Pujol suma todas las obras previstas y asegura que en Cataluña se invertirán 2,8 billones hasta 2005

El presidente asocia las inversiones del Gobierno central al pactismo de CiU

Jordi Pujol y su Gobierno empiezan a acusar el efecto de las críticas por falta de inversión en infraestructuras. La política de los socialistas de insistir en que la débil situación económica del Ejecutivo de CiU está minando el tejido productivo catalán ha calado en la población y Pujol salió ayer a la palestra a tratar de neutralizarla. El objetivo era claro: un mensaje positivo, optimista. Contra las críticas cifras, muchas cifras, y optimismo, mucho optimismo. Incluso se permitió afirmar que, pese a que en lo político pueda haber quejas, en lo económico no hay motivo más que para la sonrisa. Cataluña es un lugar estupendo y el transporte público de Cataluña, el mejor de Europa, dijo.

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Sólo unas inversiones quedaron al margen de la suma: las municipales. Pujol reconoció su importancia en la creación de infraestructuras, pero no las incluyó en sus citas.

Sí incluyó las del Gobierno central, para atribuirse el mérito por haber sabido pactar con los populares cuando, aseguró, todo el mundo le pedía que rompiera. Su astucia ha terminado por rendir dividendos: 500.000 millones de pesetas para el AVE; 150.000 millones para el aeropuerto de El Prat; 100.000 millones para el puerto de Barcelona y 25.000 millones más para el de Tarragona.

Entre las inversiones del propio Gobierno catalán hay carreteras (50.000 millones en ejecución y 105.000 millones en obras programadas); el tranvía del Baix Llobregat (es de inversión privada, pero también suma); 120.000 millones de la línea 9 del metro, que se pagará a partir de 2004; 418.000 millones en medio ambiente, entre los que destacan los 42.000 de la depuradora del Llobregat; 75.000 millones apalabrados para el delta del Ebro y 65.000 más de otras inversiones relacionadas con el Plan Hidrológico Nacional.

Se pueden añadir la ciudad judicial, las inversiones en cárceles ('también son infraestructuras', aseguró Pujol) e incluso 200.000 millones de inversión privada para cableado y 400.000 millones más, también privados, para centrales energéticas. Todas estas sumas, aseguró Pujol, dejan fuera asuntos tan importantes como educación o bienestar e inversiones privadas 'con finalidad privada' como Diagonal Mar.

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Voluntad política

Todo esto dibuja un espléndido futuro, que no depende sólo, aseguró, de las infraestructuras. Es imprescindible, dijo, 'que haya una buena Administración y que haya voluntad política'. Por eso al Gobierno catalán le preocupan también otros asuntos como 'el mantenimiento de la identidad catalana, el clima de convivencia y la cohesión social'.

Y si el futuro es bello, el presente es fantástico. 'Cataluña', aseguró Pujol, 'no ha perdido ni una sola inversión por falta de infraestructuras'. 'Podemos perder', añadió, 'porque otros dan más subvenciones o más beneficios fiscales'. Pujol aseguró que 'hace años, pero ahora no' Cataluña pudo perder inversiones por el coste de la energía y también atribuyó a la política de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) la culpa de que algunos inversores prefieran otros lugares. Pero los problemas del aeropuerto (saturación y falta de vuelos transcontinentales) están en vías de solución, aseguró el presidente.

La situación actual es buena, tanto que el transporte público de Barcelona, dijo Pujol, citando una asociación alemana de automovilistas, es el mejor de Europa. Está por delante del de Londres y Bruselas y, por supuesto, mucho mejor que el de Madrid. Pujol aseguró que en Barcelona 'hay pocas zonas no cubiertas por transporte público' y dijo que las entradas en coche a la ciudad son mucho menos difíciles que en otras ciudades.

No olvidó Pujol el agua y la energía, que, dijo, pueden convertirse en 'embudos que frenen el desarrollo'; en el caso de la energía, el embudo hacía referencia no tanto a la producción como a la distribución. Pero tampoco hay que preocuparse demasiado porque no pasará nada. En el caso del agua 'el Gobierno de la Generalitat ha asumido el riesgo político de ocuparse de este tema', dijo. No citó el trasvase del Ródano.

En lo referente a la energía, Pujol aseguró que Cataluña tiene una buena red de distribución de gas y vaticinó un incremento en la producción de energía eléctrica de 4.000 megavatios para el año 2010 gracias a la creación de diversas centrales de ciclo combinado.

Pujol no citó en un solo instante a los críticos, salvo para catalogar sus visiones de 'catastrofistas' y asegurar: 'Los problemas sólo llegarán si no confiamos suficientemente en lo que somos, lo que tenemos'; es decir, si hay crisis de 'autoestima'.

Jordi Pujol, ayer, reflejado en un espejo tras la conferencia, atendiendo a la prensa.
Jordi Pujol, ayer, reflejado en un espejo tras la conferencia, atendiendo a la prensa.JORDI BEDMAR

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