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El Tau se da una paliza para llegar a Atenas

Los vitorianos juegan hoy en la capital griega la repetición del partido con el AEK

Definitivamente, el Tau y Atenas no tienen buena química.Se diría que son casi incompatibles, a pesar de que la competición se empeñe en celestinear su relaciones. Hoy (20.00, Vía Digital) jugará el partido que ganó y que el juez Meirín (casi un mago Merlín de la Euroliga) ordenó repetir por la famosa canasta de Dokoudis. Pero todo es susceptible de empeorar. Y empeoró. El vuelo hacia Atenas partió de Madrid con tres horas de retraso, lo que unido a la diferencia horaria entre España y Grecia, le despositó en Atenas a las 21.30 horas. Conclusión: adiós al entrenamiento previsto por Dusan Ivanovic y una nueva paliza aérea, el asunto que más preocupa al técnico montenegrino. No es extraño que algunos miembros de la expedición baskonista recordaran que el AEK tiene intereses económicos en la compañía aérea griega ¿Casualidad? El Tau ya duda de todo.

Desde que le privaron de la primera victoria y le condenaron a repetir hoy aquel partido, espera cualquier cosa, incluso volver a ganar en el Pabellón Oaka, que previsiblmente acogerá más espectadotres que en los dos encuentros anteriores. El Tau se quejó oficialmente porque la Euroliga no determinase que el encuentro se disputase a puerta cerrada (como prevé el reglamento), pero en su fuero interno prefiere jugar con público. A Ivanovic no le hacía ninguna gracia un pabellón vacío. Pensaba que esa frialdad máxima sería más perjudicial para el Tau que el asfixiante calor ambiental de los griegos.

Porque el Tau acude a Grecia con la fuerza mental intacta, pero físicamente disminuido. Incluso viaja Corchiani, que inicialmente iba a ser operado hoy de una hernia inguinal, pero ha accedido a efectuar el enésimo esfuerzo supremo. El Tau no tiene nada que perder (el 1-1, lo tenía desde que el árbitro Radic concedió la canasta de Dikoudis, la semana pasada) y mucho que ganar: un 0-2 casi sentenciaría la eliminatoria y acabaría con el sufrimiento griego de este equipo que viajó el lunes por la tarde a Madrid y llegó a Atenas a las diez de la noche para jugar un partido que había ganado realmente y perdido oficialmente.

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