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EE UU exige a China que le devuelva su avión espía y libere a la tripulación

Bush envía tres destructores a la zona en su primera gran crisis internacional

Las relaciones entre Pekín y Washington, siempre complicadas y empeoradas por el bombardeo estadounidense de la Embajada china en Belgrado en 1999 y por la nueva dureza de Bush frente al coloso asiático, alcanzaron ayer un nivel de alta tensión. Bush, en permanente contacto con los secretarios de Estado y de Defensa, Colin Powell y Donald Rumsfeld, respectivamente, y su asesora nacional de Seguridad, Condoleezza Rice, seguía muy de cerca el caso del EP-3, que recuerda la captura por la Unión Soviética de un avión espía norteamericano U-2 en mayo de 1960.

El primer objetivo de la Casa Blanca era conseguir que Joseph Prueher, el embajador norteamericano en Pekín, entrara en contacto directo con los 24 tripulantes del avión espía. Las gestiones del diplomático estadounidense dieron fruto anoche, cuando China anunció que hoy permitiría que funcionarios norteamericanos entraran en contacto con la tripulación. Hasta ese momento, el embajador se había quejado de la 'inexplicable e inaceptable' actitud china.

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La segunda preocupación norteamericana era garantizar que los chinos no entraran físicamente en el EP-3, que contiene material electrónico de vigilancia de alta tecnología y extremadamente secreto, algo que, al parecer, no ha podido evitarse. Según funcionarios norteamericanos citados por la agencia Reuters y que hablaron bajo la condición del anonimato, la propia tripulación informó en su última comunicación con la Marina de EE UU de que soldados chinos habían abordado el avión nada más aterrizar en la isla de Hainan.

Según Washington, el EP-3 fue interceptado por dos cazas chinos F-8 cuando volaba en el espacio aéreo internacional. Se produjo entonces una colisión entre el aparato norteamericano y uno de los chinos, lo que provocó el derribo del segundo y obligó al primero a aterrizar en la isla de Hainan. Pekín informó de que no había encontrado aún los restos de su caza ni tenía noticias de su piloto.

El almirante Dennis Blair, comandante de la flota de EE UU en el Pacífico, aseguró ayer que el choque fue debido probablemente a que, dadas 'las tácticas agresivas' de los pilotos chinos, el F-8 se acercó demasiado al EP-3. Pero Pekín discrepaba de esa explicación. Aseguraba, en primer lugar, que el avión espía norteamericano sobrevolaba su territorio en el momento de la colisión y sugería que el choque se produjo por un movimiento intencionado del EP-3.

China se reservaba el derecho a actuar con manos libres en un asunto que considera una agresión. Según Zhu Bangzo, portavoz del Ministerio de Exteriores de Pekín, sus dos cazas vigilaban la evolución del avión espía estadounidense, que operaba en el espacio aéreo chino, cuando, a unos 100 kilómetros al sureste de la isla china de Hainan, el EP-3 'giró de repente hacia uno de nuestros cazas'. El morro y el ala izquierda del EP-3 chocaron con uno de los F-8, provocando su caída.

Una misión consular estadounidense se desplazó ayer a Hainan para negociar la devolución de su avión y sus compatriotas uniformados. Según Washington, el EP-3 es, de acuerdo con las leyes internacionales, 'territorio de soberanía estadounidense', por lo que los chinos 'no pueden apoderarse, inspeccionar o penetrar en él sin permiso del Gobierno de EE UU'. La Marina de EE UU se quejó también de la actitud de los pilotos chinos. 'Su actuación en los últimos dos meses ha sido cada vez más agresiva, hasta el punto de poner en peligro la seguridad de los aparatos y las tripulaciones estadounidenses y chinas', declaró el almirante Blair.

Este suceso llega en un mal momento en las relaciones entre Washington y Pekín. Bush adopta una actitud más dura con China que la de su predecesor, Bill Clinton. Frente al concepto de 'asociación estratégica en el siglo XXI' de Clinton, Bush propone el de 'competencia estratégica'. La tensión ya había subido en las últimas semanas por la posibilidad de que EE UU venda armas modernas a Taiwan y por la voluntad de Bush de dotar a su país de un 'escudo antimisiles'.

Washington, por su parte, ha denunciado la reciente detención de dos intelectuales chinos con vínculos con EE UU y la represión del movimiento religioso Falun Gong.

El jefe de la flota de EE UU en el Pacífico señala el lugar en el que aterrizó el avión espía EP-3 tras ser interceptado por dos <i>cazas</i> chinos.
El jefe de la flota de EE UU en el Pacífico señala el lugar en el que aterrizó el avión espía EP-3 tras ser interceptado por dos cazas chinos.AP

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