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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ocho años en la Universidad francesa

Soy española y llevo ocho años estudiando en la Universidad francesa. Los dos primeros estuve en Perpiñán haciendo un DEUG de sociología (equivalente a los dos primeros años de la carrera). Los profesores, en las clases de anfiteatro, estaban abiertos a preguntas y disponibles si los alumnos lo necesitaban. Las prácticas eran en grupos más pequeños; permitían aclarar ideas de manera más concreta. Los dos últimos años los hice en la Universidad de París I-Sorbona, en París. En las clases comunes con gente de otras disciplinas, como historia o economía, los estudiantes poco tímidos hacían preguntas y nadie lo veía como algo extraño. Cursé el DEA (equivalente del curso de doctorado) en la universidad en la que estoy actualmente, París V-Sorbona. En las clases, todo ocurría como anteriormente y, al final de las dos horas, los profesores se quedaban unos quince minutos para poder hablar más personalmente con el que lo desease. Además, cada alumno participaba en dos seminarios por semana, de unas veinte personas, en el cual se podía hablar con el profesor constantemente. Estos seminarios son para reflexionar sobre los distintos temas de investigación y hay un intercambio constante entre los asistentes. Actualmente estoy haciendo la tesis doctoral en sociología de la familia sobre los jóvenes de 25 a 30 años en Francia y en España. Todas las semanas, un pequeño grupo tenemos un seminario con el director de tesis. Todo el mundo opina y debate sobre las cuestiones teóricas que se plantean. A veces asistimos juntos a conferencias, organizamos sesiones de estudio, y el profesor, aunque nos llama y le llamamos de usted, tiene un trato con nosotros de colegas de trabajo. Mi experiencia en la Universidad francesa ha sido la de una disponibilidad constante de los profesores no sólo sobre cuestiones del contenido de las asignaturas, sino también, en ciertos casos, sobre la manera de orientar el futuro profesional. Es cierto que los alumnos franceses, cuando realizan sus preguntas, utilizan a veces una retórica que impresiona, y para un extranjero, al principio, es difícil lanzarse al agua. Para mí, la mayor dificultad de estudiar en Francia ha sido la de tener que esperar tres años a que el Ministerio de Educación español me convalidase la licenciatura de Sociología, además de la burocracia que obliga a traducir los títulos. El espacio universitario europeo unificado todavía no existe.

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