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Más de 10.000 hectáreas del Baix Maestrat se han puesto en regadío en 2000, según Ecologistas en Acción

'En el año 2000 se han transformado en el Baix Maestrat más de 10.000 hectáreas de cultivos de secano y zonas forestales en cultivos típicos de regadío, cítricos fundamentalmente'. La asociación APNAL-Ecologistas en Acción, ha aprovechado la celebración del Día Forestal Mundial, que se celebra mañana, para hacer una denuncia que contradice radicalmente la tesis del Consell de controlar el aumento de los regadíos.

Mientras la Generalitat Valenciana exige la construcción del trasvase del Ebro para transportar 1.050 hectómetros cúbicos a lo largo de las autonomías bañadas por el Mediterráneo, con la promesa de que ni una gota del Ebro servirá para hacer nuevos regadíos, los ecologistas denuncian que la Consejería de Medio Ambiente no para de autorizar nuevas transformaciones agrícolas en cultivos de secano y en zonas forestales. Las transformaciones agrícolas 'son abundantísimas y vulneran tanto terrenos agrícolas como forestales'. Y en muchos casos, argumentan desde Ecologistas en Acción, las puestas en regadío ni siquiera cuentan con los permisos pertinentes de la Administración. 'La Consejería de Medio Ambiente tan sólo abre infracciones a las empresas o particulares denunciados, para nutrirse económicamente de las multas, pero nunca son capaces de parar la agresión', aseguran.

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En este sentido, los ecologistas han denunciado reiteradamente que el departamento que dirige Fernando Modrego se niega sistemáticamente a dar cifras del número de autorizaciones concedidas para realizar transformaciones a regadío, así como la superficie total cuya transformación ha autorizado. Tampoco facilita datos sobre expedientes abiertos por hacer transformaciones agrarias ilegalmente.

Los ecologistas dan ejemplos de agresiones al medio natural en 'extensas zonas de vegetación arbustiva', como la maquia mediterránea, 'en pequeñas montañas', como los casos del Puig de la Parreta en Vinaròs o del Puig de la Nao en Benicarló, así como 'la devastación de los últimos reductos de vegetación autóctona existente en las orillas de los ríos, ramblas y barrancos'. En estos últimos casos citan el río Servol, el barranco de Aigüa-Oliva, la rambla Cervera, el río Senia. 'Bajo las máquinas sucumben madronños, robles, encinas, coscojos, durillos, enebros, sabinas, etcétera', se lamentan los ecologistas.

No es la única agresión al bosque que denuncian. Así, también mencionan las agresiones mediante obras e infraestructuras, como la apertura de pistas forestales, caminos rurales, carreteras y autovías, citando expresamente la N-232. 'La accesibilidad a estas zonas fomenta la presión humana, los incendios forestales, los vertidos y las transformaciones de cultivos'.

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Por último, en el Día Forestal Mundial también denuncian los efectos de la contaminación (cambio climático, altos niveles de ozono, lluvia ácida...), los incendios forestales, tras los cuales a veces se encuentran 'intereses especulativos y de construcción', y el cambio de los 'antiguos carrascales' por especies maderables, como las coníferas.

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