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El director finlandés Aki Kaurismäki asegura en Barcelona que 'el cine está muerto'

'No tengo nada que decir sobre el cine. Sólo que está muerto. Yo hago lo que puedo, pero como no tengo mucho talento, no puedo hacer demasiado'. Éste fue el preludio de la conferencia que el realizador finlandés Aki Kaurismäki (Orimattila, 1957) ofreció ayer en Barcelona, dentro de unas jornadas de debate sobre el cine europeo organizadas por la Fundación La Caixa. Kaurismäki mostró su pesimismo sobre el estado actual del séptimo arte en un encuentro con la prensa, momentos antes de su charla. Sin embargo, dejó un resquicio a la esperanza, convertida en una crítica a Hollywood: 'Si queda algún cine vivo, está al este de Estados Unidos'.

El director de Ariel (1988), La chica de la fábrica de cerillas (1989) y Nubes pasajeras (1996) aseguró que nunca se dejará tentar por el imperio del cine. 'Tengo mis principios, y entre ellos figura el de que mis pies no pisarán nunca California, y tengo entendido que Hollywood está en California. Cuando tenía cuatro años, la guardería no me gustaba. ¿Por qué debería gustarme ahora que tengo 44?', se interrogó.

El ecléctico cineasta, cuya producción abarca el melodrama, el cine negro, las road movies y las adaptaciones de clásicos, como Crimen y castigo, de Dostoievski, demostró ante la prensa y ante el público que aguardaba su conferencia que su persona es tan poco convencional como su cine. Provocativo en sus apelaciones al auditorio -'podéis preguntarme lo que queráis, pero puedo contestaros con un insulto, a menos que quien pregunte sea una mujer', dijo-, sin parar de fumar y levantándose de vez en cuando para estirar las piernas, no escatimó, sin embargo, un sentido del humor que le permitió meterse al público en el bolsillo.

El realizador habló también de su último trabajo, Juha, una película muda y en blanco y negro, inédita en España, buena prueba de que, como él mismo reconoce, le gusta 'el riesgo'. Con una cierta predilección por las historias de tema social, Kaurismäki tiene en proyecto el rodaje de la segunda parte de Nubes pasajeras. La película, que rodará en agosto en su país, hablará 'de la gente que no tiene donde dormir'. El cineasta, que es también guionista y montador, terminó el guión del filme hace sólo una semana. 'Me había pasado cuatro años sin escribir y no sabía si sería capaz de volver a hacerlo. Creo que por este motivo entiendo tan bien a Víctor Erice', señaló.

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