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Hacienda prepara una reforma global del impuesto de sociedades para 2002

Hacienda sigue adelante con su plan para rebajar impuestos, incluso más allá de lo comprometido en el programa electoral del PP o de lo anunciado por el presidente del Gobierno, José María Aznar, durante la campaña. El ministro Montoro lanzó ayer la idea de una reforma general del impuesto de sociedades, a la que se dará prioridad respecto de la nueva rebaja del IRPF, prevista para 2003 (declaración en 2004). También se quiere aprobar durante 2001 una nueva Ley General Tributaria.

Fuentes de Hacienda aclararon que el nuevo impuesto de sociedades será enviado al Parlamento para su tramitación este año, con la intención de que entre en vigor en 2002 (declaración en 2003), tal como adelantó ayer El Mundo. La intención de Hacienda no es llevar a cabo una reforma únicamente técnica, sino global. 'Estamos haciendo una reforma tributaria de gran alcance que se va a cristalizar en el impuesto de sociedades', dijo ayer Montoro en Barcelona antes de pronunciar una conferencia en el Círculo de Economía.

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No dejó claro si, además de reformar las entretelas del impuesto (la base y las deducciones), se va a reducir también el tipo impositivo (el 35% con carácter general), aunque el ministro dijo que este último aspecto es secundario. Explicó que se va a favorecer la creación de empresas, la internacionalización y todo lo relacionado con la nueva economía. Habrá también una revisión del sistema de amortizaciones y un nuevo tratamiento fiscal para las pequeñas y medianas empresas.

La intención de Hacienda es darle la máxima celeridad a la reforma del impuesto de sociedades anunciada ayer. Se quiere tener ya un primer borrador a finales de febrero, para lo cual se han pedido sugerencias a la patronal CEOE. En contra de la tesis por las que se inclina Hacienda, los empresarios creen que el actual impuesto admite pocos cambios sustanciales en la base y que la verdadera reforma sería una rebaja el tipo impositivo, sin más rodeos. La patronal CEOE siempre se ha mostrado contraria a los regímenes especiales o tratamientos privilegiados por considerar que pueden ser un caldo de cultivo para la competencia desleal.

Competitividad

Ahora que no hay a la vista una rebaja general de las cotizaciones sociales, la eterna aspiración empresarial, la CEOE espera que la reforma del impuesto se traduzca en una rebaja de tipos. De hecho, es la línea que se ha seguido en Alemania y Francia y los empresarios españoles no quieren quedarse atrás en cuanto a competitividad.

Además, el impuesto que ahora se quiere reformar es relativamente nuevo. Se aprobó en el año 1995, entró en vigor en 1996 e incluso el reglamento correspondiente no vio la luz hasta 1997, ya con el Gobierno del PP. El anterior Gobierno del PSOE contó con el respaldo del PP cuando la norma se aprobó en el Parlamento.

El PP, nada más llegar al poder en el año 1996 aprobó, además, una actualización de balances para las empresas que alivió su carga fiscal futura, aunque previo pago de un gravamen extraordinario. El resultado es un impuesto que ha reflejado bastante bien es estos últimos años el considerable aumento de los beneficios empresariales. Hasta el pasado mes de noviembre, la recaudación ha crecido un 13% y a final de año sobrepasará los tres billones de pesetas.

El programa electoral del PP sólo contempla la necesidad de eliminar la doble imposición internacional sobre beneficios; la revisión de los incentivos a la instalación de empresas españolas en el exterior; un mejor tratamiento a las pyme; un ajuste de los pagos a cuenta a la liquidación final del impuesto de sociedades, y la eliminación del impuesto de actividades económicas (IAE). Aznar, en una comparecencia pública, concretó que se elevará a 500 millones de pesetas de facturación el tramo al que se aplica el tipo impositivo del impuesto de sociedades (25%) y la eliminación del IAE para el 90% de las pyme.

Ayer Montoro explicó en Barcelona que la eliminación del IAE entrará en vigor en el año 2003, al mismo tiempo que la segunda rebaja del impuesto sobre la renta. La supresión casi total del IAE requirirá compensaciones a los ayuntamientos, ya que se trata de su segunda fuente de ingresos, por detrás del impuesto de bienes inmuebles. El ministro confirmó que para el año 2002 tendrá que estar listo el nuevo sistema de financiación autonómica y local.

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