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UNIVERSIDAD | MENOS ESTUDIANTES

Un descenso beneficioso

Las universidades vascas intentan sacar partido a la continua caída en el número de sus alumnos

Resulta curioso que uno de los principales quebraderos de cabeza de los gestores de las universidades vascas en las dos últimas décadas, la masificación en las aulas, haya sido sustituido por lo contrario, el paulatino y continuo descenso en el número de alumnos matriculados. Es curioso e incluso chocante, pero real e imparable desde que en el curso 1998-1999 se detectara la existencia de descenso de universitarios. Entonces, las dos universidades más importantes de Euskadi, la Universidad del País Vasco (UPV) y la Universidad de Deusto, sufrieron una bajada de cerca de 2.500 alumnos sobre los 79.500 que sumaron ambas el año anterior. En el momento actual, dos cursos después, apenas alcanzan los 69.500 universitarios. Y la reducción en la población universitaria va a ser mayor en los próximos años.

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Según el estudio Proyección de población en la Comunidad Autónoma Vasca elaborado por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat), el segmento de población en edad universitaria, es decir, entre los 18 y 23 años, va a reducirse en 82.000 personas a lo largo de la presente década. La causa es la considerable disminución de la tasa de natalidad registrada en el País Vasco desde finales de la década de los setenta hasta principios de los noventa. Así, de 38.806 personas vivas nacidas en 1977 se pasó a 15.284 personas en 1994.

Éste es, a juicio de Víctor Urrutia, sociólogo y vicerrector de Profesorado de la UPV, el principal factor que ha propiciado el descenso en la matriculación de universitarios. 'Indudablemente, la caída demográfica es la principal responsable de este problema', señala. Pese a su relevancia, la baja tasa de natalidad no es la única explicación de este fenómeno. Para Urrutia, la desaparición de los viejos planes de estudios de cinco años y su sustitución por los nuevos de cuatro años también ha tenido su parte de responsabilidad en la caída de universitarios, así como la sensible mejora en la oferta de la Formación Profesional.

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Lo cierto es que sea cual sea la importancia de las causas que han provocado el descenso en el número de jóvenes universitarios, esta disminución existe y todos los consultados coinciden en que en los próximos años será mayor. Este hecho abre un buen número de interrogantes, que se pueden resumir en uno: ¿Beneficiará o perjudicará a la universidad?

El director de formación de Confebask, la patronal vasca, y presidente de la comisión de ordenación educativa del Consejo Social de la UPV, José Luis García Bengoa, prefiere definirlo como una oportunidad. 'Este descenso no tiene por qué ser negativo. Al contrario, se debe aprovechar para mejorar la enseñanza y equilibrar la realidad universitaria con la realidad social tanto cuantitativa como cualitativamente', resalta.

La fórmula que permitirá lograrlo se basa, según García Bengoa, en dos principios. El primero, una información completa al futuro universitario sobre las opciones reales del camino que va a emprender. 'La universidad tiene que ser clara. El alumno debe tomar una decisión con conocimiento de causa, sabiendo, por ejemplo, que en algunas especialidades las posibilidades de encontrar un empleo son del 2 o 3%. Lo que no se debería hacer es, en cuanto se detecta un descenso, lanzar una campaña para llenar las aulas por el empeño de una determinada facultad de continuar con su estatus', asevera. El segundo principio es la búsqueda de una mayor correspondencia entre la oferta docente y la demanda del mercado laboral. En este objetivo se enmarca la aprobación por parte del Consejo Social de la UPV de la creación de un observatorio permanente que recogerá de manera exhaustiva el nivel de colocación de las distintas diplomaturas y licenciaturas. De este modo, la UPV dispondrá de un instrumento muy útil para responder mejor a las necesidades de las empresas y, de esta forma, reducir el desempleo entre los universitarios vascos.

Precisamente, desde la FP, donde el índice de colocación es notable, el director de Diocesanas de Vitoria, el mayor centro de FP de Euskadi, Francisco Martínez de Contrasta, incide en que 'el éxito de la Universidad depende de su cercanía a la realidad socioeconómica. Cuanto más próxima se encuentre a sus exigencias y recomendaciones, mejores serán sus resultados'.

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