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El fiscal de Manila investiga a Estrada por apropiación indebida de fondos públicos

Ramón Lobo

Aunque la justicia es, en teoría, autónoma del poder político, Estrada ha perdido con este movimiento la iniciativa, si es que deseaba recurrir pleitearsobre la constitucionalidad de su abrupta salida de la presidencia. Estrada se mantiene enclaustrado en su mansión de San Juan, un barrio del extrarradio de Manila, con una seguridad militar que supera a los extra, más allá de14 escoltas que le asigna la ley, y sin realizar declaraciones.

El presidente del Senado, Aquilino Pimentel, reveló ayer la existencia de una carta de Estrada, fechada el 20 de enero, en la que se refiere a Gloria Macapagal Arroyo como la 'presidenta en funciones'. Pese a esta amenaza velada, el debate legal parece deslizarse con enorme rapidez en dirección opuesta. El ex presidente Estrada; su ex asesor personal, Jaime Policarpio; el ex titular del Presupuesto, Benjamín Diokno, y su abogado personal Edward Serapio, están en la lista elaborada por el fiscal anticorrupción. El delito de apropiación indebida de fondos del Estado puede conllevar la pena de muerte, pero será un tribunal especial destinado a juzgar a los cargos públicos el que en todo caso decida.

Lotería ilegal

La apropiación procede del cobro de unas supuestas comisiones de una tabacalera y de una lotería ilegal, pero consentida, llamada Jueteng. En las cuentas bancarias de Estrada -cuya investigación bloqueó con artimañas legalistas la mayoría del Senado hace una semana provocando la ira popular- existen al parecer rastros del movimiento de unos 60 millones de dólares (más de 10.000 millones de pesetas), una cifra desorbitada para el sueldo presidencial (200.000 pesetas mensuales) y para un hombre que no declaró tales bienes hace 30 meses.

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Por su parte, y pese a las muchas cautelas anunciadas, la presidente Macapagal Arroyo ha comenzado a moverse con celeridad y determinación. A primera hora de la mañana de ayer tomó posesión del palacio de Malacanang; nombró varios ministros clave y a un número de asesores, y ordenó al titular de Defensa, Orlando Mercado (designado por Estrada), reanudar la negociación con el Frente Moro de Liberación Islámica para acabar con una larga y costosa guerra de guerrillas en la isla de Mindanao.

La escena matinal en el palacio de Malacanag resultó emotiva. Arroyo regresaba a la que fuera su casa hace 35 años, cuando su padre ocupaba la presidencia de la república. Vestida con un traje de falda y chaqueta marrón, Macapagal Arroyo dedicó parte de su discurso a defender la honestidad en la función pública, proclamar las virtudes del funcionariado y exigir a todos trabajo para el empeño común de sacar al país de la pobreza.

En los jardines de Macalacang, los funcionarios de la presidencia, muchos de los cuales despidieron en lágrimas 48 horas antes de Estrada, aplaudían a Arroyo. La guardia de honor, vestida de gala y tocada con unos bellos cascos blancos emplumados, presentaba armas en medio del calor.

Acabado el folclor del poder, la presidenta comenzó a mover piezas. Alberto Romulo, quien ya fuera ministro del Presupuesto con Cory Aquino, es el titular de Finanzas; el ex gobernador de Cebú, Lito Osmena, es el nuevo ministro de Planificación; Orlando Mercado se mantiene en Defensa; y el del Ejército, Ángelo Reyes sigue en su puesto. Sin embargo el jefe de la Policía, Pánfilo Lacson, ha sido sustituido por Leandro Mendoza quien dependerá ahora del civil José Lima, nuevo ministro de Interior. La decisión de no tocar la estructura militar heredada es el premio a su trasvase al bando opositor y una muestra de sensatez, pues dos de ellas son medidas provisionales: Reyes se jubila en dos meses y Mercado dejará el puesto en breve para presentarse al Senado. Esa concesión se equilibra con el nombramiento del general retirado Renato de Villa, quien fuera jefe del Ejército y ministro de Defensa con Fidel Ramos, que se convierte en el primer ministro de hecho, y del ex general Eduardo Ermita como asesor de Seguridad.

La Bolsa de Manila, que abrió ayer sus puertas tras los acontecimientos vividos en el fin de semana, recibió el cambio político, que tanto apoyó el distrito financiero capitalino, con una desatada euforia: una ganancia del 20% al cierre de la sesión. Ramón García, presidente del mercado de valores, aseguró que ésta era una muestra de 'la renovada confianza de los inversores' en Filipinas.

A la espera de apoyo en las urnas

Una vez puesta en marcha la maquinaria esencial del Gobierno de Filipinas y apaciguado el sector militar, la presidenta tiene por delante dos retos: la economía, recuperar un crecimiento anual por encima del 5% anual que permita acabar oaminorar la lacra de la pobreza, y el propio Estrada. Ella sostiene que se cumplirá la ley sin transformar el caso en un circo.Nadie habla ya en Filipinas del exilio del ex presidente, y pocos son los que consideran posible un perdón a corto plazo. La regeneración de la vida política que pretende Arroyo no puede pasar por ignorar un fraude de 60 millones de dólares. Hasta dónde está dispuesta a llegar lo determinarán las elecciones de mayo, en las que se renueva la mitad del Senado y toda la Cámara de Representantes, así como las gobernadurías. De su apoyo real en las urnas -a las que ella no debe concurrir hasta 2004- saldrá la respuesta.

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