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ASTRONOMÍA

Descubierta una gran reserva de materia para hacer estrellas

En una galaxia muy lejana, situada a unos 12.000 millones de años luz de distancia, los astrónomos han encontrado una gigantesca reserva de materia a partir de la cual se está formando allí la primera generación de astros. Esa nube de materia, gas frío, es suficiente como para dar origen a unos 100.000 millones de estrellas como el Sol. La joven galaxia, un cuásar denominado APM 08279+5255, con un agujero negro en el centro, fue descubierta en 1998 y las observaciones realizadas con telescopios ópticos e infrarrojos descubrieron en ella una intensa actividad de formación estelar.

Ahora, a través de observaciones muy sutiles con el complejo radioastronómico estadounidense VLA (siglas en inglés de Very Large Array), los astrofísicos han encontrado esa gigantesca reserva de materia. 'Es la primera vez que alguien ha visto una reserva tan masiva de gas frío, necesario para que estos increíbles procesos de formación estelar produzcan una galaxia', ha comentado Chris Carilli, astrónomo del Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO). 'Hay ahí mucho más gas de lo que habíamos previsto'. Los descubridores, liderados por Padeli Papadoupoulos, del Observatorio Leiden (Holanda), han presentado su hallazgo en la revista Nature (4 de enero).

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Como APM 08279+5255 está a 12.000 millones de años luz, la luz que captan ahora los astrónomos en la Tierra corresponde a uan edad muy temprana de esa galaxia, ya que apenas habrían pasado entonces 1.000 millones de años desde el Big Bang.

Muy luminoso

'Este cuásar es uno de los objetos más luminosos que se conocen del universo', ha explicado Geraint Lewis, del Observatorio Anglo-Australiano, en Australia, y miembro del equipo que ha encontrado la reserva de materia.

Poco después de ser descubierta la galaxia, los astrofísicos detectaron monóxido de carbono (CO) templado cerca de su centro, calentado por la energía producida por el agujero negro. Pero gracias al VLA, los científicos pudieron comprobar que en realidad hay mucho más monóxido de carbono frío distribuido por el cuásar. Y los astrofísicos creen, basándose en estudios realizados en otros objetos celestes, que junto al CO hay grandes cantidades de hidrógeno molecular.

El gas CO indica que se estában formando allí en ese momento estrellas muy masivas, estrellas que se formarían rápido, vivirían poco tiempo y explotarían como supernovas, explica el NRAO. Como el carbono y el oxígeno que componen el CO se tiene que formar en las estrellas, su presencia en el gas de esa galaxia juvenil indica que ya se habían producido explosiones estelares de supernova que habrían desperdigado esos elementos en el gas interestelar del cuásar.

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