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El fiscal pide prisión contra Gil por autorizar el edificio de Antonio Herrero

El alcalde de Marbella y 7 concejales, imputados por delito urbanístico

Por primera vez un fiscal ha imputado un delito urbanístico al alcalde de Marbella, Jesús Gil, quien ha recibido 80 denuncias penales en esta materia desde 1997. La Fiscalía de Málaga pide para él y otros siete concejales 18 meses de prisión y ocho años de inhabilitación por la licencia que permitió al periodista radiofónico Antonio Herrero construir un edificio de diez plantas sobre un suelo "clasificado como viario y destinado a uso público". Gil declaró ayer a EL PAÍS: "Antonio Herrero hizo el convenio con el Ayuntamiento sin decirme nada a mí". Herrero falleció en 1998 cuando practicaba submarinismo en Marbella.

El fiscal Juan Carlos López Caballero, en sus calificaciones provisionales, considera que "es nula" la licencia de obras concedida a la sociedad Incopromar SL el 4 de julio de 1997 para construir un edificio de 10 plantas. Sostiene que se autorizó a edificar "en un suelo que estaba clasificado como viario y destinado a uso público" en el plan general de ordenación urbana (PGOU) del año 1968, vigente en aquel momento. También recalca que esta situación irregular "era conocida por los acusados", que autorizaron la construcción dentro de una revisión del PGOU que entonces estaba preparando el Ayuntamiento de Marbella, pero que ha sido rechazada en dos ocasiones por la Comisión Provincial de Urbanismo de Málaga en julio de 1998 y octubre de 2000.La empresa Incopromar, propiedad de Antonio Herrero y su cuñado Roberto Osborne, consiguió la licencia por una decisión de la comisión de gobierno tomada, según el fiscal, "siguiendo las instrucciones del alcalde". Jesús Gil no está de acuerdo. Ayer declaró a este periódico que "todo se hizo correctamente".

El fiscal imputa a los siete concejales de la comisión de gobierno como "coautores" y a Jesús Gil como "inductor" en un delito contra la ordenación del territorio, una moderna forma de prevaricación recogida en el Código Penal de 1995. La denuncia inicial fue presentada el 14 de agosto de 1997 por la Plataforma ciudadana contra la revisión del PGOU de Marbella y después se personaron en la causa el PSOE y Los Verdes. Ésta fue la primera demanda penal de las 80 que se han presentado desde entonces contra los 400 convenios suscritos por el municipio con particulares, estableciendo por la vía de los hechos modificaciones al plan de ordenación urbana.

La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Marbella, Isabel García Marcos, opina que "en el convenio suscrito entre Herrero y los responsables municipales había un intercambio de mercancías; Gil estaba pagándole a Herrero una supuesta publicidad gratuita de Marbella que evidentemente nunca fue gratuita". Gil reconoce que "si le hubiera podido echar una mano a Antonio Herrero se la habría echado, porque siempre hablaba bien de Marbella y sería una manera de pagarle indirectamente la promoción, pero no me dijo nada, sólo que le habían cobrado más que a nadie por el convenio".

La representante de Los Verdes, Inmaculada Gálvez, además del delito de prevaricación, acusa a Gil de "malversación de caudales públicos, fraude y posible cobro ilegal de comisiones". La magistrada que del caso, María Luisa de las Heras, titular del Juzgado número uno de Marbella, pedirá sus calificaciones provisionales a las defensas y enviará el sumario a la Audiencia de Málaga para que se fije fecha del juicio en un juzgado de lo penal.

El delegado de la Consejería de Urbanismo de la Junta de Andalucía, Enrique Salvo, espera que "éste sea el primer caso que llega a juicio, pero no el último". Salvo recordó que "a partir de ahora en Marbella, en casos como el de este edificio, la Junta presentará demandas por la vía penal".

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Doble altura y seis veces más metros

La empresa Incopromar se constituyó en Madrid el 15 de noviembre de 1996 con un capital social de medio millón de pesetas y dos socios: Antonio Herrero, propietario del 95%, administrador único, y su cuñado Roberto Osborne. Se inscribió en el registro mercantil el 13 de enero de 1997. Pero en esta fecha ya había hecho su primer negocio: un convenio con el Ayuntamiento de Marbella por el que una parcela de 869 metros cuadrados ganaba 226 colindantes de zona verde y 46 metros de viales públicos. Según fuentes de la acusación la edificabilidad pasó de 1,45 metros cuadrados construidos por metro de parcela, a 8,40 (casi seis veces más); y la altura, de cinco plantas a diez.Isabel García Marcos (PSOE) sostiene que "Incopromar hizo un negocio especulativo perfecto; primero firmaron el convenio y después, el 20 de enero de 1997, compraron el terreno de 869 metros". Fuentes cercanas al caso afirman que este terreno era de la familia de la madre de Antonio Herrero. Jesús Gil puntualiza que "todas las manzanas de la zona tienen las mismas plantas y estaban autorizadas por los socialistas" antes de llegar él a la alcaldía.

La licencia de obras se dio para construir 68 viviendas, locales comerciales y aparcamientos, con un presupuesto de casi 574 millones de pesetas. García Marcos afirma que "los técnicos municipales informaron en contra de esta licencia". Jesús Gil matiza que "hubo algo por la zona verde, pero creo que no hubo informe negativo".

El bloque está ya terminado, vendido y habitado. Inmaculada Gálvez (Los Verdes) lamenta que "cuando se presentó la denuncia no se decidiera la suspensión cautelar de las obras, porque con gente viviendo se perjudica a terceros". García Marcos opina que "ésta no es una vivienda legalizable y la familia Herrero no puede compensar a la ciudad por los terrenos públicos que ha ocupado". El alcalde afirma que está tranquilo: "Un juicio más por denuncias políticas, y sólo piden 18 meses". Gil sostiene además que "este edificio no se derribará nunca; está ahí, vendido".

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