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España asume sin reservas la versión final del Tratado de Niza en todos sus puntos

Javier Casqueiro

El portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, asumió ayer sin ninguna reserva que España firmará el Tratado de Niza en su última versión, la redactada por la presidencia francesa, y en la que se recorta su poder de bloqueo si en el año 2005 no se producen adhesiones a la Unión Europea (UE). Cabanillas formuló ese balance "muy positivo" de los cambios para cualquiera de las posibilidades previstas en la ampliación de la UE. Y aunque apeló a "los conceptos" más que a las "matemáticas", Cabanillas alcanzó esa conclusión tras mezclar la influencia de los votos y la población.

Cabanillas llegó ayer a la comparecencia tras el Consejo de Ministros con tres folios convenientemente preparados para intentar demostrar con gráficos, cifras y mucho "orgullo" que España "ha salido muy bien parada" de la reciente cumbre de la UE en Niza, en la que se abordó sobre todo el reparto de poder en el futuro de la ampliada Unión Europea.El ministro portavoz calificó de "muy positivo" el resultado de esa cumbre porque, en la misma, España había cumplido los tres objetivos previos que se había fijado: restablecer el equilibrio de fuerzas dentro del Consejo de Ministros de la UE a través de la ponderación de los votos; lograr la unanimidad sobre las próximas perspectivas financieras de los fondos de cohesión ante el año 2007, y fijar los criterios de política fiscal y de protección social.

"Si éstos son los resultados, bienvenidos sean, porque son buenos para España", subrayó Cabanillas. El ministro portavoz, como hizo tras la cumbre el titular de Exteriores, Josep Piqué, llegó a presumir ayer de que España había sido el país "que más ha mejorado de todos, y no sólo para ahora, en los próximos meses, sino para una futura generación de españoles". Cabanillas sustentó esas opiniones en que eran así reconocidas "por todo el mundo". Y fue en ese punto cuando mostró con sorpresa su decepción porque "lo que es un éxito de España genere dudas y parezca molestar a algunos en España".

Para llegar a ese optimista análisis del futuro de España en la ampliada UE, Cabanillas optó por comparar distintas fases históricas del proceso de construcción de esa comunidad de países sobre la ratio entre votos en el Consejo de Ministros de la UE y la población. Aseguró que España no sólo avanzaba puestos en todos los casos, sino que incluso ampliaba su distancia con respecto a los otros países.

El portavoz del Gobierno quiso recordar así que en el momento del ingreso de España en la UE, en 1986, le bastaba con aliarse con un país mediano para poder vetar. Hecho que Cabanillas derivó en que a partir de ese instante la situación empeoró (España requiere ahora pactar con un grande y un mediano) precisamente hasta la situación cerrada en Niza para el futuro, donde, según su criterio, se mejora esa influencia.

Fracaso institucional

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Cabanillas detalló ahí que las posibilidades acordadas en Niza para la UE a partir de 2005 ofrecen dos opciones. Una, "bastante poco probable, que es que no se produzca la ampliación, y en ese momento España necesitaría a un grande, más un país mediano, más Holanda. Es decir, mejoramos se mire por donde se mire respecto a la situación actual".Fuentes del Gobierno aceptaron oficiosamente que podría producirse un retroceso aparente de España en ese contexto de fracaso de las programadas adhesiones de otros países en 2005, pero para destacar que entonces esa ecuación sería lo menos relevante de la crisis institucional que se podría abrir.

La alternativa más posible para el Gobierno después de 2005 es que se produzcan las adhesiones hasta llegar la cifra de 27 países miembros. Lo que conllevaría, según Cabanillas, que España, junto a dos países grandes y Malta, tendría votos suficientes para bloquear una decisión. Para subrayar la buena posición de España, Cabanillas remachó que ese reparto es el mismo que precisarán entonces los países grandes y mejor que el actual. Pese a todas estas explicaciones y cruces de probabilidades, Cabanillas comentó ayer que para el Gobierno español lo importante en este espíritu de ampliación de la UE no son "las matemáticas de las cosas", sino "los conceptos".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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