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Los retrasos burocráticos hacen perder este año a 509 licenciados seis meses de becas científicas

Un total de 509 licenciados han perdido en 2001 medio año de beca en el programa de formación

Un total de 509 licenciados han perdido en 2001 medio año de beca en el programa de formación como asociados a proyectos de investigación debido al retraso en la convocatoria de becas respecto a la fecha habitual. Estas becas se venían convocando en septiembre de cada año para que empezaran a disfrutarse en enero del siguiente, hasta diciembre. Las becas son anuales y renovables hasta sumar cuatro años, un tiempo razonable para preparar la tesis doctoral.Pero la última convocatoria fue publicada en el BOE con fecha 3 de enero de 2000 y las respuestas a las solicitudes no llegaron hasta junio, momento en que comenzaron a disfrutarse las becas. La fecha de finalización de la anualidad concluye, como siempre, el 31 de diciembre.

Siete prestigiosos investigadores del Centro de Biología Molecular (CBM), entre ellos Margarita Salas, Joan Modolell y Ginés Morata, han enviado al presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) una carta exponiendo la situación. En el CBM, siete proyectos de investigación recibieron la asignación de un becario predoctoral. "Debido al gran retraso de la convocatoria y a la lentitud en resolver la misma, estas becas han empezado a disfrutarse el 1 de junio de 2000", explican los científicos en la carta. Y advierten de que "en septiembre de 2000 el MEC solicita el primer informe anual sobre los resultados obtenidos".

"En algunos casos, las cartas de notificación de la beca llegaron a los interesados el 22 de junio", comenta Alicia Sánchez, becaria del Centro de Investigaciones Biológicas, donde cinco personas han sufrido el problema.

Los licenciados que disfrutan de estas becas, cuyo importe asciende a 115.000 pesetas brutas mensuales durante los dos primeros años y 125.000 pesetas los dos últimos, tienen medio año menos para preparar su tesis, al menos desde el punto de vista burocrático. Pero la mayoría de los jóvenes investigadores se han incorporado al trabajo en enero, aunque no han podido cobrar las mensualidades.

"Para los proyectos de investigación, este retraso de las becas es un inconveniente y un agravio para el laboratorio y para el que recibe la beca", dice Morata. "No creo que haya habido malicia en esto, sino que refleja una falta de interés que sufrimos los investigadores y los becarios, así como los proyectos", continúa.

"Pero el problema es más general: no ha habido un genuino interés por parte de la Administración para que el sistema de ciencia funcione realmente como una máquina bien engrasada. Estas becas llevaban funcionando mucho tiempo y nunca había sucedido esto", concluye Morata.

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