_
_
_
_
_

La denunciante afirma que sólo quiere que "no vuelva a pasar"

María Atxabal trató de controlar sus emociones durante el tiempo que duró la rueda de prensa. Estuvo flanqueada por su abogado y por representantes de algunos de los colectivos que apoyan la querella criminal contra cuatro guardias civiles. También le acompañó su psicólogo, a quien dirigió miradas de apoyo. En su primera intervención pública, Atxabal recalcó que lo fundamental es que se le escuche, no que se le crea. "Desde un planteamiento de dolor, pero no de odio, intento decir basta ya, porque con odio no se puede hablar, ni negociar, ni buscar caminos de paz. Que no vuelva a pasar", manifestó.La demanda está avalada por diferentes informes médicos de psiquiatras de Osakidetza-Servicio Vasco de Salud, entre ellos el del doctor Andoni Candina Astorqui, presidente de la Academia Vasca de Ciencias de la Salud Mental. Los psiquiatras que han atendido a Atxabal descartan "tajantemente" simulación alguna por su parte y sostienen que el factor que desencadenó el trastorno por estrés postraumático fue la detención, unida a la experiencia de temer por la integridad física de su hija.

Los informes médicos tambien señalan que el testimonio de Atxabal, en el que narra el maltrato sufrido en comisaría, es congruente con el trastorno que padece y con las secuelas que le han dejado. "En estos cuatro años, María Atxabal no ha estado en las mínimas condiciones psicológicas de hacer público lo sucedido ni de iniciar acción judicial alguna", se lee en un escrito suscrito por los grupos sociales y sindicales. Antes de su detención, la demandante llevaba una vida familiar y desempeñaba un trabajo social con toxicómanos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_