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UNIVERSIDAD

Zaplana dice que el Plan Valenciano de I+D tendrá un fondo para la ciencia

Eduardo Zaplana trató ayer de rebajar tensión a las relaciones del Gobierno valenciano con el mundo universitario y ofertó su propósito de "estudiar todas las iniciativas que le proponen las universidades de la Comunidad Valenciana con la mejor disposición". En la inauguración oficial del curso en la Politécnica de Valencia, el presidente rechazó el modelo de universidad reivindicativa y abogó por una universidad "abierta". Como muestra del giro que pretende imprimir a su compleja relación con las universidades, Zaplana anunció la puesta en marcha del aplazado sistema de "financiación por objetivos" [que permitirá ampliar la base económica en función de un baremo de resultados] y reveló que, dentro del Plan Valenciano de Investigación y Desarrollo (PVID), habrá "un fondo para el Progreso Científico".Zaplana aseguró que el Consell quiere convertir esta legislatura en la de la innovación. "Una innovación", dijo, "que tenga en cuenta las necesidades específicas de la comunidad", para lo cual pidió a las universidades adecuarse a la realidad económica valenciana e instó a los empresarios a "un cambio de actitud". En sintonía con este modelo universitario, el rector Justo Nieto afirmó: "No es autonomía, ni recursos al uso lo que pedimos, queremos un compromiso con la sociedad (...) Necesitamos, pues, instrumentos y estructuras de investigación, desarrollo e innovación".

El rector invistió doctor honoris causa al misionero catalán y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, Vicente Ferrer, de cuya obra el ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, afirmó que "es tan revolucionaria" que sólo el futuro "revelará su trascendencia".

Ferrer asegura que "la India es un laboratorio donde la Universidad puede enviar a sus huestes"

"Casi, casi, no sé qué decir". El misionero Vicente Ferrer inició ayer su intervención con estas seis palabras, mucha ironía hacia la rigidez del protocolo y una buena dosis de humildad, después de recibir de manos del rector Justo Nieto los atributos que le acreditan como doctor honoris causa -el birrete laureado, el anillo y los guantes blancos. En el solemne acto de investidura en la Universidad Politécnica de Valencia, el cooperante catalán, de 81 años, encomendó a la "humanidad valenciana" resolver la pobreza en la región india de Anantapur, donde trabaja desde hace 30 años. Ferrer explicó que aceptó la distinción porque espera mucho de la Universidad. "Éste es el lado práctico de los nombramientos", puntualizó en referencia a la aceptación del honoris causa por su contribución a la difusión del trabajo que él, su mujer Anne Perry y su hijo, desarrollan desde la fundación que lleva su nombre y que integra ya a un millón de personas y 1.500 escuelas.Ferrer, premio Príncipe de Asturias de la Concordia, se dirigió al auditorio para explicar su labor humanitaria, que definió como "un proyecto único en el mundo" que a través de los años le ha conferido el "secreto" de conocer la "solución de la pobreza". Una solución alejada de las políticas clientelares y basada en crear las condiciones técnicas, sociales y económicas para dotar de autosuficiencia a las comunidades más depauperadas. En este contexto, Ferrer recalcó que "la India es un laboratorio, donde la Universidad podrá enviar a sus huestes para que nos ayuden a avanzar. Será de esta unión entre el mundo académico y la tierra donde estamos, la India, de donde saldrá la salvación".

El ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, que hizo las veces de padrino, glosó la trayectoria del cooperante catalán aludiendo al largo "viaje espiritual", que se inició en Barcelona con el "anarquismo", y que derivó en el humanismo y el contacto con las diferentes espiritualidades que encontró en la India. Mayor Oreja, sin embargo, subrayó que su trayectoria es "tan revolucionaria que sólo el futuro nos revelará su auténtico poder de cambio, su verdadera dimensión". Las palabras de Mayor Oreja no hallaron eco en la intervención posterior del cooperante. Ferrer, hombre de firmes convicciones progresistas y una sólida formación jesuita, marcó una clara distancia con el ideario del ministro. Pero sí mostró una sincera complicidad y afecto hacia la actitud y el proyecto emprendido por el profesor José Monzó, que acaba de poner en marcha el Centro de Cooperación al Desarrollo de la Politécnica con el objetivo de vincular la tecnología de la universidad, sobre todo, en materia de ingeniería y medioambiental, al servicio de las comunidades más necesitadas del Tercer Mundo.

Fue, precisamente, el rector Nieto quien anunció que la Universidad colaborará con la Fundación Vicente Ferrer y la "ingente labor que desarrolla". Desde esta premisa, Nieto priorizó la transmisión del conocimiento y de la tecnología para hacer efectiva "la conexión de la Universidad con la realidad". Y avanzó los grandes ejes de actuación, que estarán centrados en consolidar redes y estructuras de investigación en el área de las energías alternativas, el agua, la biotecnología, las tecnologías de la información y el medio ambiente. Aunque, para ello, precisó: "Necesitamos crear estructuras parauniversitarias de conexión con la sociedad: centros, institutos y fundaciones".

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