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La abierta disputa entre Llamazares y Frutos elimina toda posibilidad de acuerdo

Carlos E. Cué

La tensión entre los dos principales candidatos a suceder a Julio Anguita al frente de IU, Francisco Frutos y Gaspar Llamazares, alcanza ya niveles de enfrentamiento abierto. Ayer, en una reunión convocada para buscar un acuerdo, se dedicaron a acusarse mutuamente de deslealtad y dar por anulada cualquier posibilidad de pacto. Frutos acusó al asturiano de maniobrar en su contra. Y para demostrarlo utilizó un papel elaborado por la candidatura de Llamazares en el que se le presenta como el representante de la "vieja política" en IU.

En la cruenta batalla por el poder que se vive en IU está saliendo a relucir, según admiten la práctica totalidad de los dirigentes, todo el ambiente enrarecido y de confrontación interna larvado en los últimos años dentro de la coalición. Después de la expulsión de Nueva Izquierda, de la ruptura en Galicia y del final del pacto con Iniciativa per Catalunya, los que se quedaron en IU quisieron transmitir la sensación de que ese proceso traumático había logrado, al menos, reforzar la unidad interna. Todos reconocen que ésta era ficticia. "La división está ahí, nadie lo niega, y por eso se tiene que evitar, hay que dar marcha atrás para recomponer la unidad", admite Frutos.El secretario general del PCE ha visto descolocada su estrategia inicial de laminar lentamente la candidatura de Llamazares para aparecer luego, en el último momento, como un hombre de consenso. Ninguno de los dos candidatos principales puede representar ahora esa figura porque la unidad está completamente rota y los máximos dirigentes de ambas partes se están dedicando casi en exclusiva a recabar apoyos y hacer números para ver cómo puede acabar el enfrentamiento total que se prevé para la Asamblea del último fin de semana de octubre.

Acusaciones

La última y tal vez más virulenta expresión de esta guerra entre las dos principales candidaturas se vivió ayer. Los dos aspirantes se reunían en presencia de Anguita para tratar de llegar a un acuerdo. Nadie confiaba en ello, pero lo que sucedió fue aún peor. Frutos, en tono indignado, sacó un papel, elaborado por Pedro Chaves, miembro de la candidatura de Llamazares, en el que se dice: "hay que dejar de sentir lástima por FF (Francisco Frutos) y tratarle como lo que es: un adversario en un conflicto por la dirección". También se dice que sus puntos débiles son la "falta de credibilidad política; la falta de credibilidad en la organización y la continuidad de la vieja política".

Hasta ahora, era Frutos quien se dedicaba a criticar con dureza a Llamazares, pero no al revés. De hecho, el asturiano no dio ninguna validez al documento y dijo que había sido elaborado por un "técnico" y que él no estaba dispuesto a seguir esa estrategia de descalificación.

La clave está ahora en seguir las asambleas locales, provinciales y regionales para empezar a sacar cuentas. El grueso de ellas está convocado para este fin de semana, aunque la de Andalucía, fundamental por su peso, se hará el fin de semana anterior al de la Asamblea.

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Llamazares se reunió ayer con la corriente Tercera Vía, que obtuvo un 9% en la Asamblea de 1997. Sus dirigentes comprometieron su apoyo al asturiano y a cambio éste ofreció una dirección en la que esté representada la pluralidad de IU y una importante renovación por la que siempre ha apostado esta corriente, hasta ahora nunca incluida en la mayoría que domina la coalición. La mayoría de la cúpula del PCE apoya a Frutos, por lo que Llamazares necesita los refuerzos de las minorías para que, sumados a una serie de coordinadores regionales, le otorguen la mayoría.

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