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Los aspirantes a la sucesión de Anguita muestran la división en IU

Carlos E. Cué

La tan esperada pasarela de candidatos para suceder a Julio Anguita al frente de Izquierda Unida, que se produjo ayer, se convirtió en una prueba más, ésta definitiva, de la profunda división que se vive en la dirección de IU. Y no por diferencias en el proyecto político: los tres candidatos que subieron ayer al estrado durante el Consejo Político Federal resaltaron que todos coinciden básicamente en las líneas políticas. La clave, pese al conocido "programa, programa, programa", lema de IU durante años, está en el reparto de poder, y muy especialmente en la persona que dirigirá a la coalición tras la próxima asamblea, a finales de octubre.Francisco Frutos, secretario general del PCE, Gaspar Llamazares, líder de este partido y de la coalición en Asturias, y Luis Carlos Rejón, diputado por Córdoba, aspiran a ese máximo puesto. Y ayer, aunque tampoco se lanzaron graves pullas entre ellos, los tres dejaron claro que el acuerdo para lograr una candidatura única va a ser muy complicado.

Llamazares trató de lanzar mensajes optimistas, pese a la grave crisis en la que se encuentra la coalición, y evitó entrar a fondo en ninguna de las cuestiones clave. Muy comentada entre los dirigentes fue la ausencia de críticas a la herencia que Anguita deja en IU. El apoyo al asturiano del que ha sido líder de la coalición durante los últimos 12 años es cada día más evidente.

Frutos, sin embargo, jugó una de sus bazas: se presentó como el hombre de consenso capaz de sacar a IU de esta "situación delicada". Y atacó directamente la gestión de Anguita, aunque admitió que él apoyó algunas de las decisiones que ayer criticaba. Se centró especialmente en uno de los asuntos más polémicos: el desacuerdo entre IU y el PSOE en el año 95 que permitió gobernar al PP en muchas ciudades y comunidades autónomas. También criticó que no se hayan sabido explicar las posturas de IU en contra de la OTAN o del terrorismo de ETA.

Luis Carlos Rejón, con la libertad que le ofrece ser un tercero con poca fuerza, al menos aparentemente, aprovechó para criticar duramente el proceso en el que está inmerso la coalición: "No se puede hacer peor", dijo.

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