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La Guardia Civil expulsa del puerto de Melilla a unos 200 magrebíes

Unos 200 inmigrantes marroquíes y argelinos, la mayoría menores de edad, fueron expulsados ayer por la Guardia Civil del recinto portuario de Melilla cuando pretendían llegar a la zona de embarque para ocultarse en los camiones de los feriantes y pasar de forma clandestina a la Península. Algunos llegaron a amenazar con navajas a los feriantes para que no denunciaran su presencia en los vehículos y apedrearon a los agentes que intentaban echarles del muelle. El delegado del Gobierno, Arturo Esteban Albert, confirmó que los argelinos en situación irregular seguirán siendo repatriados, pese al intento de suicidio de tres de ellos en el Centro de Acogida Temporal de Inmigrantes como protesta contra las órdenes de expulsión.

Intentos de suicidio

La feria de Melilla, celebrada entre los días 2 y 10 de septiembre, supuso la instalación en la ciudad de una treintena de atracciones, cuyos respectivos camiones y remolques fueron embarcados ayer mismo con destino a Almería o Málaga. Una gran oportunidad para que algunos inmigrantes intentaran ocultarse en los vehículos. En algún caso, incluso recurrieron a amenazar "a punta de navaja" a los feriantes que querían echarles, según denunciaron varios de ellos.La Guardia Civil realizó en el recinto portuario una primera batida a las once de la mañana y otra a la una de la tarde. Los agentes, que mantuvieron durante todo el día un dispositivo especial, expulsaron en total a unos 200 magrebíes; el 90% de ellos, marroquíes menores de edad y el resto, argelinos. En una tercera batida, por la tarde, grupos de inmigrantes apedrearon a los agentes y uno de los miembros del intituto armado resultó herido leve en una mano.

Muchos de los inmigrantes lograron meterse en los camiones pese al esfuerzo de los feriantes por impedirlo. Uno de ellos aseguró que este año estaba siendo "descomunal" el número de quienes intentaban cruzar de esa forma a la Península y que, para lograrlo, no dudaban en insultarles y amenazarles.

"Esto es una ciudad sin ley. Los inmigrantes campan por sus respetos y, si los echamos, nos dicen que nos van a matar", comentó otro. Algunos aseguraron que se han planteado no volver a Melilla ante la "inseguridad" que dicen sufrir y que ha provocado que sus beneficios hayan sido "mucho más flojos" que otros años. "Hay bandas de chicos de entre 14 y 15 años que se dedican a sembrar el terror", dijeron varios feriantes.

Mientras tanto, seis argelinos fueron detenidos a primeras horas de la mañana en el Centro de Acogida Temporal de Inmigrantes para su repatriación. El delegado del Gobierno en la ciudad, Arturo Esteban Albert, anunció que seguirán las expulsiones pese a los intentos de suicidio y las amenazas de provocar disturbios. Esteban aseguró que los arrestos se produjeron "con absoluta normalidad" y negó que exista discriminación contra este colectivo, en contra de lo afirmado por el secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Enrique Santiago. El delegado del Gobierno atribuyó los intentos de suicidio al propósito de llamar la atención de la opinión pública y evitar la repatriación, pero advirtió que estas conductas "no tendrán los efectos que esperan".Uno de los argelinos que intentaron ahorcarse en la madrugada del domingo recibió ayer el alta médica a petición propia tras permanecer en observación en los servicios de psiquiatría del hospital comarcal, explicó Esteban. Los otros dos no requirieron atención.

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Por otra parte, dos pateras con 33 inmigrantes clandestinos a bordo fueron interceptadas el pasado fin de semana en aguas de Fuerteventura y dos marroquíes que trasportaban en su coche a tres indocumentados fueron detenidos ayer en Algeciras (Cádiz).

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