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La sequía obliga al Canal a poner en marcha el trasvase de Picadas para abastecer a Madrid

Vicente G. Olaya

La falta de lluvias que aqueja a la región -no llueve desde principios de junio- ha obligado al Canal de Isabel II a pedir permiso a la Confederación Hidrográfica del Tajo para trasvasar agua desde el río Alberche a Madrid. El Canal tiene previsto poner en marcha el próximo 1 de octubre el trasvase San Juan-Valmayor, conducción que se utiliza sólo en caso de sequía y que puede aportar a la red general de abastecimiento hasta 119 hectómetros cúbicos extra de agua al año, cantidad que la región consume en casi cuatro meses (a razón de 1,5 hectómetros diarios).

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A 300 metros de altura

La canalización San Juan-Valmayor, una tubería de 32 kilómetros de longitud y dos metros de diámetro, inyecta el agua embalsada en el pantano de San Juan, sobre el río Alberche, en el embalse de Valmayor, desde el cual se distribuye a la red general. Esta conducción es conocida popularmente como trasvase Picadas-Valmayor y fue construida de urgencia en 1992 a causa de la sequía que azotó el centro peninsular en aquellas fechas.Pero para extraer agua del río Alberche es necesario contar con el permiso de la Confederación Hidrográfica del Tajo, organismo del Ministerio de Medio Ambiente que vela por la continuidad de los ríos de la cuenca central. "La concesión anual que tenemos de la Confederación para trasvasar agua desde San Juan a Madrid es de 119 hectómetros cúbicos al año", explicó ayer Avelino Martínez, director de producción del Canal de Isabel II, "y en lo que llevamos de año sólo hemos gastado 41 hectómetros, por lo que podemos extraer otros 80 más", indicó. El trasvase estuvo en funcionamiento también hasta el pasado abril; pero las fuertes lluvias de primavera, que llenaron los embalses, permitieron el cierre de la conducción ese mes.

Pozos del Jarama

"El año 2000 comenzó muy mal y tuvimos que recurrir en enero al trasvase. Sin embargo", indica Martínez, "la primavera fue muy buena y los pantanos se llenaron. Pero después las lluvias cesaron de forma brusca y no ha vuelto a llover ni una gota desde principios de junio".

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Los 80 hectómetros cúbicos que el Canal tiene concedidos hasta fin de año suponen aproximadamente el consumo de Madrid durante dos meses sin ningún tipo de restricciones. La región se traga una media de 1,5 hectómetros cúbicos de agua al día, aunque en las jornadas calurosas del verano supera los dos hectómetros.

Debido a los elevados costes económicos de la operación, el Canal de Isabel II sólo pone en funcionamiento el trasvase desde el río Alberche en casos de necesidad. El precio de producción de cada metro cúbico de agua procedente del embalse de San Juan se incrementa en más de un 20% con respecto a los costes del agua extraída del resto de embalses.

Actualmente, el precio del metro cúbico de agua de abastecimiento a la población es de 45 pesetas. Elevar un metro cúbico desde San Juan hasta Valmayor cuesta entre cinco y 10 pesetas adicionales, dependiendo del nivel al que se encuentren los pantanos. Mediante grandes motores eléctricos hay que elevar millones de litros de agua a más de 300 metros de altura, la diferencia de cota entre los embalses de San Juan y Valmayor. Además, al extraer agua del Alberche, Unión Fenosa, que cuenta con una central hidroeléctrica en el embalse de Picadas, ve reducida su capacidad de generar energía, por lo que el Canal está obligado a indemnizarla.

La primera vez que se puso en marcha la conducción, en 1993, la hidroeléctrica reclamó más de 1.000 millones de pesetas de indemnización. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo tuvo que intervenir para acercar las pretensiones económicas de Unión Fenosa a las cantidades ofrecidas por el Canal. Los grupos ecologistas llegaron a reclamar que se retirase la concesión a la hidroeléctrica.

En cualquier caso, el esfuerzo económico que supondrá llevar agua a la región desde el embalse de San Juan no repercutirá en el bolsillo de los madrileños. La Comunidad deberá hacer frente a ese sobrecoste, pero la factura del agua en los hogares no se verá afectada. Aun así, el uso de este mecanismo de abastecimiento debe quedar relegado a los momentos de auténtica necesidad, cuando se advierte el riesgo de sequía.

Avelino Martínez aseguró ayer que el Canal de Isabel II cortará el trasvase cuando las reservas hidrográficas se recuperen con las primeras lluvias. Actualmente, la región se halla en la denominada situación B, momento que se alcanza cuando las reservas de las presas son inferiores a 570 hectómetros cúbicos (actualmente almacenan esa cifra, lo que representa el 60,3% de su capacidad). Disminuyen casi dos hectómetros al día.

Los técnicos del Canal de Isabel II reconocen que, además del trasvase, pondrán en marcha el grupo de pozos situados sobre la cuenca del Jarama, en el término municipal de Torrelaguna, como refuerzo al agua que llegará desde el río Alberche. En caso de mantenerse las condiciones meteorológicas adversas por la falta de lluvias, el Canal irá activando los siguientes niveles de alerta. Están calificados del 0 al 5. El último incluye fuertes restricciones sobre el consumo, que pueden llegar hasta el 50%. "Pero nunca hemos llegado a ese nivel y seguro que llueve mucho antes", concluye, seguro, Martínez.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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