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Patrimonio obliga a Fomento a abrir 12.000 catas arqueológicas antes de ampliar Barajas

Vicente G. Olaya

La Comunidad de Madrid está a punto de emprender la mayor excavación arqueológica de su historia. La Dirección General de Patrimonio ha impuesto como condición para liberar el suelo que ocupará la ampliación del aeropuerto de Barajas la realización de 12.000 catas arqueológicas. Nunca antes los técnicos regionales se habían enfrentado a una excavación de tales dimensiones. La zona por donde el Ministerio de Fomento quiere ensanchar el aeropuerto está considerada de alto valor arqueológico, ya que en ella existen asentamientos desde el calcolítico a la Edad Media.

Zahorras en Jarama

Los cursos bajo y medio del río Jarama, junto a los que se levantarán dos nuevas pistas, fueron utilizados durante siglos como vías de comunicación por los diferentes pueblos que se asentaron junto a ellos. De hecho, paralela al Jarama transcurría una vía romana que unía Alcalá, Talamanca y Segovia, y que se bifurcaba, a la altura de San Fernando de Henares, hacia Emérita Augusta (Mérida). Junto a las calzadas romanas se levantaban zonas de avituallamiento, hostales, fortines, lupanares... En Valdetorres, a escasos kilómetros de las futuras pistas, a finales de los años setenta se halló la planta de un prostíbulo romano. Algunas de las esculturas que lo decoraban se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional.Las 12.000 catas que Patrimonio ha impuesto a AENA -que ocuparán el 0,5% de las 500 hectáreas sobre las que se hará la ampliación- tendrán que llevarse a cabo con excavadoras dada la magnitud de los trabajos. Es la mayor excavación arqueológica de la historia de Madrid y una de las más extensas de Europa. Cada cata tendrá una extensión de dos metros cuadrados y su profundidad dependerá de los resultados que se obtengan en los primeros trabajos. Si la prospección topa con terreno natural, la investigación se da por acabada; en cambio, si la cata demuestra la existencia de restos, la zona se delimita y se emprende con posterioridad un desenterramiento minucioso.

Un equipo arqueológico contratado por AENA, y bajo la supervisión de Patrimonio, vigilará a pie de obra que la maquinaria pesada no dañe ninguno de los posibles yacimientos.

En 1997, durante las obras de construcción de la tercera pista, se llevaron a cabo labores de extracción de zahorras junto a las márgenes del Jarama. Patrimonio, tal y como exige la ley, inspeccionó la zona antes de permitir que las excavadoras extrajesen las gravas que sustentarían la tercera pista. Los técnicos regionales hallaron tras las primeras catas los muros de una construcción romana. Los arqueólogos determinaron que se trataba de un edificio destinado a la cría de animales, quizás una de las construcciones que componían una villa romana. Las prospecciones sacaron pronto a la luz trozos de una valiosa vajilla de los siglos I al V, conocida como terra sigilita, un horno de cal, una fuente y grandes sillares. No se hallaron, en cambio, restos de mosaico, por lo que no se pudo determinar la situación exacta de la villa. La zona ha quedado reservada y acotada a la espera de que AENA presente los planos de la futura ampliación. Dependiendo de posteriores investigaciones, se decidirá si se extrae el yacimiento, si se entierra o se hace visitable.Parte de los terrenos elegidos para construir las dos futuras pistas han permanecido durante muchos años ocultos a los equipos arqueológicos, ya que pertenecían al Ministerio de Defensa. Hace unos cuatro años, cuando AENA decidió utilizarlos como zona de ampliación de Barajas, los arqueólogos tuvieron vía libre. Un equipo efectuó prospecciones para completar la denomianda Carta Arqueológica de la Comunidad de Madrid, o mapa que delimita las zonas más importantes de la región. El resultado de los análisis fue que en este área próxima al río existían indicios de restos del calcolítico, Edad del Bronce y romanos, además de yacimientos paleontológicos.

En 1997, y coincidiendo también con la construcción de la tercera pista, los técnicos de Patrimonio y del Museo de Ciencias Naturales descubrieron un mastodonte que vivió hace 10 millones de años. Se trataba de un Gomphotherium angustidens, un proboscídeo de trompa prensil. Su tamaño era similar al de los elefantes africanos y pueden considerarse sus predecesores.

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Las nuevas excavaciones se extenderán unos dos meses. Posteriormente, y dependiendo de los resultados, los técnicos determinarán cuánto durarán los trabajos y los terrenos que quedarán liberados para ampliar Barajas al no haberse hallado nada en ellos.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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