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Científicos españoles consiguen con una mutación ratones resistentes al cáncer de piel

La investigación no tiene todavía una repercusión directa en el tratamiento de tumores

Científicos españoles han demostrado que unos ratones transgénicos son especialmente resistentes al cáncer de piel, lo que supone una confirmación importante de la viabilidad de investigaciones que buscan tratamientos para este cáncer, aunque no tiene una repercusión directa en el tratamiento. A estas investigaciones, que se basan en la hipótesis de la influencia de la enzima telomerasa en el desarrollo del cáncer, se dedican muchos recursos en la industria farmacéutica mundial, explica María Blasco, del Centro Nacional de Biotecnología, que ha dirigido el proyecto.

Los resultados se publicarán en septiembre en la revista Nature Genetics. En el trabajo ha participado asimismo la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.La telomerasa es la enzima relacionada con el mantenimiento de los telómeros, que son las terminaciones de los cromosomas y que se cree que gobiernan la capacidad de proliferación de las células. De forma natural, los telómeros se van haciendo más cortos cada vez que se divide una célula y, cuando llegan a alcanzar un cierto tamaño mínimo, la célula deja ya de dividirse y termina por morir.

La actividad de la enzima puede provocar la inmortalización de las células, que es lo que al fín y al cabo sucede en el desarrollo de los tumores. Ello explica el interés que suscita esta enzima entre todos los investigadores del cáncer. Los primeros experimentos, que resultaron esperanzadores, se hicieron en cultivos de células en laboratorio.

El problema que había surgido es que con posterioridad se hicieron otros experimentos en ratones con mutaciones -modelos animales del cáncer- que indicaban que, al introducir otra mutación, la que impide la producción de la telomerasa, los tumores no sólo no disminuían sino que aumentaban.

Blasco emprendió entonces una vía alternativa. Partió de ratones que habían sido mutados para no producir telomerasa, y les indujo cáncer de piel, mediante su exposición directa a compuestos carcinogénicos.

Los ratones transgénicos mostraron una incidencia del cáncer de piel un 30% menor que los ratones salvajes y, al cabo de cinco generaciones, cuando sus telómeros se habían acortado más, los ratones se mostraron casi totalmente resistentes al cáncer de piel.

De esta forma, los científicos españoles han mostrado que la ausencia de la enzima telomerasa evita la aparición de tumores. "Es la primera vez que se ha comprobado este efecto en un ratón en vivo", señala Blasco. Este tipo de experimentos no se ha podido llevar a cabo todavía con otros tumores, porque no son fáciles de producir sin recurrir a manipulaciones genéticas.

Los investigadores proponen, a la vista de los resultados obtenidos, que la longitud de los telómeros es uno de los determinantes críticos de la progresión de los tumores y que, por tanto, la inhibición de la telomerasa en el cáncer de piel podría ser una manera efectiva de frenar el crecimiento tumoral.

Por tanto, la importancia del experimento para el tratamiento del cáncer está exclusivamente relacionada con la búsqueda de moléculas que funcionen como inhibidores específicos de la telomerasa, futuros medicamentos que todavía no están siquiera en la fase de ensayos clínicos. La terapia genética -introducir genes con el mismo efecto- tampoco se ha ensayado todavía en esta línea de investigación.

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