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Tribuna
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Parques

Detrás de los 60 metros de caída del Ave Phoenix, del vertiginoso recorrido de la montaña rusa (o romana, si seguimos la ficción de la áreas temáticas), detrás de las reproducciones del Faro de Alejandría o la Puerta de Tebas, hay una opción estratégica. Terra Mítica es una apuesta de decenas de miles de millones de pesetas por que Benidorm mantenga en el siglo XXI su poder de atracción como capital indiscutible del turismo de masas. Eduardo Zaplana le ha dado a su ciudad lo que quería. Mientras abría sus puertas ese nuevo parque de atracciones, la Generalitat anulaba la ejecución del plan de usos e infraestructuras de otro proyecto, el MedPark o Parque Científico del Mediterráneo. Por lo visto, hay razones legales bastante sólidas para adoptar esa medida. El equipo de la Universidad de Alicante que encabeza Andrés Pedreño se habría extralimitado al tramitar planeamientos territoriales estratégicos de gran alcance. El propio rector ha expresado su disposición a corregir lo que haga falta. Sin embargo, es difícil eludir el contraste entre las dos imágenes: todas las facilidades para el parque de atraccciones; todas las reticencias hacia el parque científico. Dos opciones estratégicas se contraponen, dos formas de encarar el futuro, dos visiones de la sociedad. El MedPark es, sin duda, un espléndido proyecto de coordinación de la Universidad, la Administración y las empresas en el terreno de la transferencia de tecnología y la investigación. Su papel en el Arco Mediterráneo, el eje peninsular más dinámico de crecimiento económico (donde sólo existen dos parques tecnólogicos, el del Vallés y el de Valencia, aunque la Universidad de Barcelona trabaja en otro proyecto similar al de Alicante), puede ser clave. El presidente Zaplana y los dirigentes del PP no son precisamente amigos del rector Pedreño. Antes de dejarse embargar por la euforia y por el desapego, en un caso y el otro, deberían saber que se les juzgará por el parque que hicieron y por el que impidieron. La política mezquina siempre pasa factura.

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