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Un incendio reduce a cenizas una discoteca de Majadahonda cuyo techo era "muy inflamable"

Un incendio arrasó en la madrugada de ayer la discoteca Tropicana de Majadahonda, uno de los puntos de reunión de los inmigrantes hispanoamericanos de la localidad. Dos agentes de la Policía Municipal fueron los primeros en darse cuenta de que había llamas junto a un foco de luz, tras acudir al local para advertir al dueño de que tenía que cerrar porque era tarde. Uno de ellos y dos clientes del local se intoxicaron por la inhalación de humo. El edil de Seguridad mantiene que "la alta inflamabilidad" del techo, de cañizo y madera, facilitó la propagación del fuego.

Extintores

El fuego se desató por un cortocircuito en un foco de iluminación del interior del establecimiento, según las primeras hipótesis. Las llamas se propagaron en apenas unos instantes porque el techo del local estaba construido con "material altamente inflamable" -cañizo, madera y poliuretano-, explicó ayer el concejal de Seguridad de la localidad, Antonio Vera, del PP. Su versión coincide con la de los bomberos de la Comunidad de Madrid. Vera añadió que "la discoteca, propiedad de la familia de Juan Herrero, es un local muy antiguo, que ha cambiado en numerosas ocasiones de nombre". El edil esperará a las conclusiones del informe que elaboren los expertos de la policía judicial de la Guardia Civil, así como al de los bomberos de la Comunidad, para investigar el caso.Dos policías municipales fueron los primeros en percatarse del fuego. Fue por casualidad. Hacia la 1.30 de ayer patrullaban por la avenida de España y advirtieron que la discoteca estaba abierta cuando a esa hora tenía que estar cerrada, según la normativa de la Comunidad. Entraron en el local para recordar al propietario que debía cerrar. Y entonces vieron que del foco que había situado encima de un televisor salían llamas.

En ruinas

Los agentes cogieron los extintores del local y enchufaron el chorro de espuma sobre el fuego. Uno de ellos se cortó en un brazo en su intento por apagar las llamas. Cuando parecía que habían logrado controlarlo, el incendio se tornó más virulento. "Al principio era un pequeño fuego, pero cogió fuerza y corrió por todo el techo en apenas un segundo", explicó, desolado entre los escombros calcinados, el arrendatario del local, Félix Rodríguez Montero.Presos del pánico, el medio centenar de clientes y la decena de empleados que había en ese momento desalojaron el local. Las llamas y la densa humareda se les echaban encima. Al grito de "¡Cuidado, fuego!", salieron corriendo, relata Concepción, la esposa de Félix. "El fuego recorrió todo el techo en un segundo, todavía no me explico cómo, me parece increíble", añade. "Algunas clientas se fueron tan rápido que se dejaron sus bolsos y se les quemaron", explicaba ayer Jorge, uno de los porteros de la discoteca. "Hemos invertido mucho dinero en este local y ni más ni menos que ocho años de trabajo", se lamentaba Félix, con la mirada clavada en las ennegrecidas vigas de madera del techo.

El fuego provocó una densa humareda que apenas dejaba ver más allá de un par de metros. Algunos clientes se tropezaron entre ellos y cayeron en su huida de las llamas. Dos personas sufrieron una intoxicación por inhalar humo. Fueron atendidos por los voluntarios de la Cruz Roja y los sanitarios del Servicio Regional de Rescates de la Comunidad. El avance de las llamas iba acompañado de explosiones. El calor reventaba las botellas que cogía a su paso. "Yo ya había salido de la sala cuando empecé a escuchar 'pum, pum', explosiones muy violentas, una detrás de otra", comentó Concepción.

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Los 1.300 metros cuadrados de la discoteca han quedado en ruinas. Se han quemado dos mesas de billar, una de ellas comprada el miércoles; dos televisores, uno de pantalla gigante; el equipo de música, un futbolín, las máquinas de tabaco y decenas de sillas y mesas que quedaron reducidas a un amasijo de hierros retorcidos. "Sólo ha quedado intacta la piscina de la terraza", explica John, el pinche de cocina, un colombiano de 19 años, que añade: "El incendio me ha dejado sin trabajo, lo cual me duele especialmente porque he sido padre de una niña hace dos meses".Seis camiones de bomberos de la Comunidad lograron controlar el incendio hacia las 2.00 e impidió que las llamas se propagasen a unas viviendas cercanas.

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