El desacuerdo sobre Jerusalén pone al borde del fracaso las negociaciones de Camp David
Clinton apuró los últimos minutos de Camp David para evitar el fracaso, pero de la cumbre sólo sale la certeza de que Jerusalén seguirá siendo indivisible para los israelíes e inalcanzable, de momento, para los palestinos. Las posiciones antagónicas sobre el reparto de la soberanía de esta ciudad (no hay reparto posible, según los israelíes; no hay acuerdo de paz sin reparto, según los palestinos) convirtió la cumbre en un acontecimiento vacío de resultados. La pasada madrugada, Clinton, hábil en las situaciones extremas, se disponía a intentar el milagro o maquillar el fracaso con pequeños avances en cuestiones menores.