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Rusia lanza con éxito el módulo que permitirá habitar la estación espacial internacional

La vivienda orbital, del tamaño de un autobús, intentará acoplarse en dos semanas a la ISS

Rusia puede respirar con alivio: el cohete Protón-K , lanzado ayer desde el cosmódromo de Baikonur, en las estepas de Kazajstán, funcionó como un reloj y puso en órbita el módulo ruso Zvezdá (Estrella), verdadero corazón de uno de los mayores retos mundiales de la ingeniería: la Estación Espacial Internacional (ISS). El lanzamiento de este módulo de vivienda y control permitirá continuar con la construcción de la ISS, paralizada año y medio, y empezar a habitarla y a trabajar en ella. Todavía falta, sin embargo, que el Zvezdá se acople sin problemas dentro de dos semanas a los dos módulos ya en órbita.

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Felicitación de Putin

El ambiente en Baikonur era de gran tensión en el momento del lanzamiento: después de los dos fallos sufridos con cohetes Protón-K el año pasado, existía el temor de perder el Zvezdá, lo cual hubiera constituido una auténtica tragedia para Rusia, que se hubiera visto prácticamente excluida del proyecto de la ISS. La NASA había amenazado con comenzar a construir su propio módulo de vivienda si se producía una nueva demora rusa.Ni en Baikonur ni en el Centro de Control de Vuelos Espaciales cercano a Moscú se pronunció palabra mientras el Protón, que había sido rociado con agua bendita por el sacerdote ortodoxo del cosmódromo, se elevaba hacia el cielo. El cohete partió a las 6.56, hora peninsular, y exactamente 10 minutos después había terminado su misión: sus tres etapas habían funcionado a la perfección y el Zvezdá había sido puesto en la órbita prevista.

Atraques

Entre las cerca de 400 personas que en Baikonur observaron, conteniendo la respiración, el lanzamiento, se encontraban Yuri Kóptev, director de la Agencia Espacial Rusa, y su homólogo de la NASA, Daniel Goldin. Pocos minutos después de que en Baikonur estallaran los aplausos, llegó un telegrama de felicitación del presidente ruso, Vladímir Putin, que refleja la importancia que el Kremlin da al lanzamiento del Zvezdá. "Se trata de un nueva página en la historia de la astronáutica rusa e internacional, y la prueba de que Rusia continúa a la vanguardia en este campo", señaló Putin. Kóptev, con una amplia sonrisa, confesó estar feliz por el éxito del lanzamiento, "que representa diez años de trabajo y cuyo éxito era vital para el futuro de la astronáutica rusa y del proyecto ISS".Yuri Semiónov, presidente de Energuia, la empresa dueña de la Mir y la que construyó el Zvezdá, se encargó de moderar el entusiasmo de sus colegas: "Es todavía muy temprano para festejar el éxito completo", señaló. Tiene razón: hay que esperar al 26 de este mes, cuando el Zvezdá debe acoplarse, a unos 400 kilómetros sobre la Tierra, al complejo compuesto por los módulos Zariá (Amanecer) y Unity (Unidad). Si el Zvezdá no logra atracar automáticamente, Rusia enviará el 10 de agosto a una tripulación de fontaneros para hacer un acoplamiento manual.

El lanzamiento del módulo de vivienda debía haberse producido en abril de 1999, pero fue aplazado debido a problemas técnicos y de financiación. El Zvezdá, con un peso de 20 toneladas, tiene 13 metros de largo y 30 de ancho (con los paneles extendidos). Posee tres compartimentos herméticos, el principal de los cuales es de trabajo, donde se encuentran los tableros de mando que controlan los sistemas vitales. Además, en este largo compartimento presurizado están los sistemas de orientación, de comunicaciones y el ordenador central. Allí también se encuentran los dormitorios de los astronautas, el baño, la cocina con refrigerador, la despensa y el comedor.

En los extremos de este compartimento central hay otros dos, uno esférico en la parte anterior, y otro cilíndrico en la posterior, ambos de transbordo. El primero tiene tres puertos de atraque y el segundo, uno. A este último se acoplarán las naves de carga Progress y las pilotadas Soyuz que vengan desde Baikonur. Un puerto delantero estará ocupado por el módulo Zariá, por el que se conectará al resto de la estación, mientras que los dos restantes están resvervados para la Plataforma Científica rusa y para el Módulo de Atraque Universal ruso.Si todo sale bien, la primera tripulación partirá para la ISS el 30 de octubre próximo y estará compuesta por los rusos Yuri Guidzenko y Serguéi Krikaliov, y el estadounidense William Shepherd, quienes permanecerán 4 meses en órbita.

El anuncio y la estrella

Con el acoplamiento del Zvezdá el 26 de julio a los dos módulos ya en órbita se iniciará una fase de rápida expansión de la estación espacial internacional, que a finales de 2001 se verá desde la Tierra como el cuarto objeto más brilante del cielo, después de la Luna, Venus y Júpiter. Para entonces, con 184 metros cuadrados de espacio habitable, será ya la mayor y más potente estructura construida nunca en el espacio. Antes de que llegue la primera tripulación, a primeros de noviembre, visitarán la estación dos transbordadores estadounidenses, cuyas tripulaciones deben dar los últimos toques al conjunto para que pueda empezar a habitarse y utilizarse.

Pero, pese a su importancia, a Rusia no le ha sido fácil reunir los 60.000 millones de pesetas que ha costado el módulo Zvezdá. Para lograrlo ha aceptado incluso poner en el casco del cohete que lo lanzó un anuncio publicitario. El Protón-K llevaba tres metros cuadrados de logotipo de la empresa estadounidense Pizza Hut, la cual, según la prensa rusa, pagó 175 millones de pesetas a la constructora Energuia. También llevaba una bandera rusa pintada.

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