Una lección de fútbol y periodismo
Uno de los aspectos que distinguen a los franceses es su pasión por la irreverencia. No en vano se trata del país de Sade, Bataille y Apollinaire, de la mayoría, en fin, de los movimientos transgresores en la cultura de los dos últimos siglos. Francia se asoma a los tabúes sin prejuicios, sin el puritanismo anglosajón y sin el sentimiento de culpa del catolicismo sureño. ¿Por qué el fútbol tendría que ser ajeno a la abierta mirada francesa?Canal + emite esta tarde (19.35) un espléndido documental sobre la aventura de la selección francesa en el Mundial de 1998. Les yeux de les bleus se llama, extrañamente titulado aquí como En el corazón de la selección francesa. Durante casi dos horas, el documento nos traslada el proceso humano y deportivo que culminó en la conquista de la Copa del Mundo. Una cámara llena de curiosidad, pero extremadamente honesta, muestra el lado oculto del fútbol: el vestuario, las conversaciones de los jugadores, las charlas del seleccionador -nadie sale más ennoblecido que Aimé Jacquet-, las alegrías y las tristezas -impresionante la imagen de Zidane tras su expulsión frente a Arabia Saudí-, el dolor, la ansiedad de un grupo de jóvenes jugadores elegidos para la gloria. Aceptaron que esa cámara entrara en un territorio desconocido. Aceptaron la transgresión. Y la cámara cumplió con un ejercicio del mejor periodismo. Para mayor gloria del fútbol.
