Vicente Fox analiza con Felipe González la transición en México
Las características de la transición española después de la muerte del general Francisco Franco fueron detalladas al presidente electo de México, Vicente Fox, por uno de sus protagonistas: Felipe González. "El camino a recorrer es el de los consensos", coincidió Fox, después de casi dos horas de diálogo con el antiguo presidente español. Paralelamente, renunciaba el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que el pasado 2 de julio perdió la presidencia del país después de haberla conservado durante 71 años.
Permanece su presidenta, Dulce María Sauri, encargada de la "gobernabilidad interna" de un partido sumido en las pugnas y los reproches. Alejado de la catarsis priísta, preocupado fundamentalmente en garantizar que la transición más importante en casi un siglo sea un éxito, Vicente Fox acomete un apretado calendario de reuniones con empresarios, dirigentes sociales y políticos, jefes militares, empresas cazatalentos, obispos, diplomáticos o mensajeros del subcomandante Marcos. El tiempo compartido con González, que viajó a México para asistir a la boda de una hija del empresario Carlos Slim, fue de lujo. "Me deja [Felipe González] muy animado para seguir adelante en la búsqueda de los consensos en nuestro país, en la búsqueda de los acuerdos, de los acuerdos políticos entre partidos políticos, entre organizaciones políticas y entre personajes y líderes políticos".El gancho del ex presidente español en América Latina es todavía sobresaliente, a juzgar por la masiva asistencia de periodistas a su comparecencia junto a Fox, que derrotó al PRI como candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), más cercano al Partido Popular que al PSOE pese a la insistencia del presidente electo en declararse "un poco de izquierdas". No se aceptaron preguntas. Al comentar su reunión, Fox se manifestó dispuesto a "aprender precisamente de liderazgo, de liderazgo con capacidad de buscar consensos, liderazgo con capacidad de impulsar procesos de cambio y transición".
Felipe González, que disfrutó de excelentes relaciones con el PRI, y concretamente con los presidentes Carlos Salinas de Gortari (1988-94) y Ernesto Zedillo (1994- diciembre de 2000), se felicitó por la madurez de los mexicanos. Este país, agregó, dispone de "una impresionante oportunidad histórica". "Pero no hay ni una sola oportunidad que no vaya acompañada de un porcentaje de riesgo", precisó el político español, que se dijo "jubilosamente jubilado". "Yo lo que más deseo es que se aprovechen las oportunidades al máximo, se optimicen las oportunidades y se minimicen los riesgos. Todo el mundo saldrá ganando".
La transición hacia la democracia plena en esta nación de cien millones de habitantes, casi la mitad en la pobreza, será complicada: aunque la oposición fue ganando espacios en el Congreso, alcaldías y gobiernos de los 32 Estados, el poder real emana de una presidencia con derecho de pernada. Todo el marco legal está penetrado por el PRI y sus organizaciones, y abrirlo a la pluralidad costará Dios y ayuda. Los consensos, equilibrios y liderazgo aconsejados por González serán imprescindibles. Los cambios pretendidos, de llevarse a efecto tal como fueron enunciados, eliminarán privilegios y desigualdades y desencadenarán resistencias, choques y protestas.
Las experiencias españolas, los Pactos de la Moncloa, son aplicables a México, consideró Fox, en luna de miel con sus compatriotas: 7 de cada 10 creen que será un buen presidente, publicó ayer el diario Reforma. El PRI ha prometido comportarse como una oposición "responsable, crítica y propositiva". Los 21 gobernadores priístas se reunieron con el presidente, Ernesto Zedillo, con discrepancias notables entre ellos respecto al rumbo que habrá que seguir tras la derrota del pasado 2 de julio. "Pero lo primero para todos son los intereses de México", aseguro René Juárez, gobernador de Guerrero.
