El genoma humano
Como bióloga, me enorgullece que, en un día como el pasado martes 27 de junio, las portadas de todos los periódicos estuvieran dedicadas a hablar de un hecho tan histórico y significativo como es la resolución del código genético humano.Finalmente, parece que se hable más de las ventajas y beneficios que no de los problemas que este hecho puede conllevar y se intenta que todos (políticos, científicos, sociedad, medios de comunicación, juristas) sean conscientes de las implicaciones. Por primera vez veo los pros y los contras frente a frente y, sin duda, me parece que los primeros decantan la balanza a su favor de largo, siempre y cuando sepamos estar a la altura de las circunstancias. Como pocas veces ha ocurrido, las partes implicadas -empresa privada y pública- se han puesto de acuerdo para unir esfuerzos y así ir todos a una.
Parece esperanzador. Claro, que queda mucho camino por recorrer. Especialmente cuando España está totalmente descolgada en esta carrera (entre otras muchas) y no parece que vaya a cambiar, especialmente cuando el mismísimo presidente de Estados Unidos habla "del lenguaje con el que Dios creó la vida" o "identificar la palabra cáncer sólo con una constelación de estrellas".
Yo me escandalizo, y si no, que se lo pregunten a los millones de enfermos esperando el milagro, que desgraciadamente tardará años en llegar. Queda mucho camino.- Gemma Saucedo Pagés. L'Hospitalet de Llobregat, Barcelona.
En 1993,
Penguin Books publicó The doctrine of DNA, un librito de 123 páginas cuyo subtítulo es Biology as ideology, escrito por R.C.Lewontin, profesor de la Universidad de Harvard. El libro apareció primero en Canadá, en 1991, con el título que en la edición de Penguin aparece como subtítulo, es decir, Biology as ideology, y es el resultado de unas conferencias que el profesor Lewontin dio a través de la televisión pública canadiense. A estas lecciones el profesor añadió un breve ensayo que apareció en The New York Rewiew of Books. El profesor Lewontin pone un punto de escepticismo a la euforia desatada ya entonces a propósito del proyecto genoma humano. Yo tuve la suerte, hace ahora casi tres años, de asistir a una de sus charlas en Sydney (Australia), y llegué a tiempo de hacerme con el libro, que desde entonces se ha convertido para mí en una de las joyas de mi modesta biblioteca. Desconozco si existe alguna traducción al español. Como soy un simple aficionado y un curioso por cualquier clase de temas científicos, he leído casi todo lo que estos días ha salido en la prensa en relación con este tema. El resultado de estas lecturas, así como cuanto he oído en radio y en televisión, me ha decepcionado tanto que no he podido evitar, desde mi ignorancia, escribirle a usted esta carta, porque en todo lo que he leído echo de menos el interesantísimo punto de vista del profesor Lewontin.Como supongo que entre los científicos españoles habrá quienes conozcan este libro, espero que en el futuro su periódico se haga eco de alguna opinión menos complaciente que las que hasta el momento han aparecido.- Pelayo Molinero Gete. Coslada, Madrid.
