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La liberalización de horarios comerciales y libros suscita el mayor rechazo en el Congreso

El pleno del Congreso convalidó ayer los cinco decretos de liberalización económica y de medidas fiscales aprobados por el Gobierno el viernes pasado, para los que el Gobierno obtuvo un amplio respaldo, aunque no total. El PP y Coalición Canaria votaron a favor de todos ellos, mientras que CiU rechazó sólo el que regula los nuevos horarios comerciales y el PNV, el de medidas fiscales.

El pleno del Congreso convalidó ayer los cinco decretos de liberalización económica y de medidas fiscales aprobados por el Gobierno el viernes pasado, para los que el Gobierno obtuvo un amplio respaldo, aunque no total. El PP y Coalición Canaria votaron a favor de todos ellos, mientras que CiU rechazó sólo el que regula los nuevos horarios comerciales y el PNV, el de medidas fiscales. El PSOE se opuso a la mayoría de los decretos, con excepción del que establece la apertura de la telefonía local, mientras que el rechazo de IU y del Grupo Mixto fue total.La mayoría de los grupos se quejó de que el Gobierno no haya dado oportunidad a la introducción de enmiendas, ya que sólo el de medidas fiscales y el que afecta a la ordenación del suelo serán objeto de una tramitación posterior como proyecto de ley. También hubo por parte de los socialistas y de CiU críticas a la invasión de competencias que corresponden a las comunidades autónomas.

En el primer debate de amplio contenido económico de la legislatura, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, defendió sus más de 70 medidas de liberalización económica como "un cambio cualitativo trascendental", cuyo objetivo es consolidar un crecimiento económico y del empleo "superior a la media europea". Entre otros aspectos, las medidas limitan el crecimiento de los oligopolios que controlan los sectores de gas, electricidad e hidrocarburos, abren a la competencia las llamadas telefónicas locales, amplían los horarios comerciales, liberalizan los descuentos en libros de texto, reducen la fiscalidad de las plusvalías y dan al Gobierno una mayor capacidad de decisión en las concentraciones empresariales. El debate se extendió durante casi 12 horas con un tono distendido.

Rato definió su plan liberalizador como "un traje más amplio para la economía española", pero el portavoz socialista en este trámite, Jordi Sevilla, le acusó de "ser un mal sastre", ya que el nuevo "modelo es más grande para unos pocos y más estrecho para la mayoría".

Las medidas, añadió Sevilla, "se han pactado con los sectores a quienes se les ha compensado allí donde les perjudicaban". Por ejemplo, se garantiza a las eléctricas que el recibo de la luz no bajará más del 9% en los tres próximos años y que no se revisarán las compensaciones por los costes de transición a la competencia. Endesa calificó ayer esta medida como "dura pero asumible, además de esperada". "Son medidas de cartón piedra", explicó el portavoz socialista, "porque dan pequeños pasos allí donde se debería avanzar a zancadas", a la vez que "aumentan la capacidad de intervención del Gobierno".

Rato se declaró sorprendido por el "cambio radical" de los socialistas a favor de que se amplíe la liberalización y negó que las medidas respondan a los intereses de los sectores afectados. "Ustedes engordaron los monopolios y nosotros hacemos lo contrario", le contestó Rato, para quien los principales beneficiarios son "las familias y los consumidores". Por ejemplo, en la liberalización de horarios comerciales y de los descuentos de libros de texto, medida que provocó la dimisión en bloque de la junta directiva de la Federación de Gremios de Editores de España.

Mientras Sevilla acusó al Gobierno de legislar a favor de las grandes superficies y en contra del pequeño comercio, Rato le retó a explicar: "¿Están ustedes preocupados por las familias o por los editores? Ya sabemos a quién defienden ustedes". Respecto de los libros de texto se produjo uno de los escasos momentos de tensión en el debate. Rato acusó al PSOE de actuar "al dictado de un gran grupo de comunicación", y Sevilla le replicó que él no es el más indicado para hablar de presiones después de "la famosa foto suya en un balcón con otro representante de un medio de comunicación", en alusión al director de El Mundo. El portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, rechazó estas dos medidas, sobre todo la libertad de horarios comerciales, motivo por el cual los nacionalistas catalanes votaron en contra del primero de los decretos aprobados ayer. Según el representante de CiU, existen "serias dudas" respecto de la constitucionalidad de la medida, porque la libertad de horarios "barre las competencias de las comunidades autónomas".

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