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Investigada una enfermera inglesa por la muerte de 18 menores

Las supuestas víctimas eran todos enfermos en fase terminal

Isabel Ferrer

Una enfermera que cuidaba niños a domicilio con enfermedades en fase terminal, al sur de Inglaterra, está siendo investigada por la policía en relación con la muerte de 18 de sus pacientes. Los menores, nueve niños y nueve niñas de entre ocho semanas y 17 años, pudieron haber recibido dosis demasiado fuertes de derivados de la morfina. Los agentes no descartan exhumar los cadáveres de seis de los pequeños.

La enfermera, de unos 40 años, fue suspendida de empleo y sueldo a finales del pasado año por las autoridades del hospital Runwell, en el condado de Essex, "a causa de asuntos ajenos a los niños". Sus portavoces aseguran que las dudas acerca de las muertes surgieron luego, al recibir la carta de una madre quejándose del tratamiento recibido por su hijo, ya fallecido. La misiva decía que tanto las medicinas administradas como la forma de atenderle podrían haber precipitado el final. Después de apartarla del servicio activo, y todavía sin informar a las demás familias supuestamente afectadas, los directivos hospitalarios iniciaron una investigación interna de varias semanas de duración.Sus colegas más próximos fueron convocados para evaluar su trabajo y comportamiento. Al estar versada en los cuidados paliativos aplicados a casos incurables, sus visitas a las distintas casas no eran supervisadas con el mismo rigor que las tareas del resto de sus compañeras. Aunque facultada para administrar fuertes analgésicos y la quimioterapia asociada al cáncer, debía pedir permiso a un médico antes de obtener los medicamentos. Los centros médicos británicos no quieren que sustancias muy fuertes sean almacenadas por particulares. Una vez con las familias, las decisiones de la enfermera no eran contestadas puesto que se trataba de una persona de confianza.

Sospechosa en libertad

La policía de Essex hizo ayer hincapié en que la sospechosa está en libertad y no se han formulado aún cargos formales contra ella. La labor de las enfermeras especializadas en tratar niños en sus domicilios es una de las más delicadas de la profesión. De ahí que la fundación sanitaria pública de Essex, que colabora con la comisaría local, prefiera no sembrar el pánico. Los hospitales recomiendan devolver a los menores desahuciados a su hogar para que pasen los últimos meses de su vida en un ambiente acogedor. Para ello dependen de unas enfermeras que no sólo mantienen al día a los especialistas sobre la evolución de la enfermedad. Acaban convirtiéndose en un miembro más de la familia, respetado por el esfuerzo que realiza.

El Real Colegio de Enfermeras, que ha suspendido de afiliación a la sospechosa, ha señalado que el hospital ha hecho bien en apartarla del servicio. "Tenemos plena confianza en nuestros miembros, pero lo normal es actuar en cuanto surge un problema así", dijo Christine Hancock, su secretaria general.

Nadie ha olvidado en el Reino Unido el caso de Beverly Allit, otra enfermera infantil que mató a cuatro niños y dejó inválidos a otros nueve en 1991. Aquejada del síndrome de Munchausen, buscaba llamar la atención a base de lastimar a los pequeños a su cargo.

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