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El golpista Oviedo busca el asilo en Brasil para evitar la extradición

En apenas dos días, el ex general golpista Lino César Oviedo ha pasado de la clandestinidad a ser el protagonista de un trámite de extradición. Los abogados brasileños de Oviedo pretenden evitar su juicio y su encarcelamiento en Paraguay mediante un recurso de hábeas corpus por supuesta detención ilegal y a través de una solicitud de asilo político en Brasil. Oviedo está encarcelado en las dependencias de la Policía Federal en Brasilia, junto a delincuentes comunes. Allí permanecerá hasta que su situación se resuelva.

La vida del ex general Lino César Oviedo se ha acelerado en las últimas 48 horas a ritmo de novela policiaca. Fue detenido el domingo en un edificio de lujo de Foz do Iguazú, localidad fronteriza del sur brasileño, pertrechado de identidad falsa, nuevos bigotes y nuevo peinado, 10 teléfonos móviles y un revólver del calibre 38 cargado. No se resistió a la detención ni aceptó los calmantes que le ofreció la Policía Federal brasileña para sosegar sus nervios.Ayer voló a Brasilia, donde permanece encarcelado en las dependencias de la Policía Federal junto a tres delincuentes comunes a la espera de que el Gobierno de Paraguay envíe los papeles necesarios para su extradición, o bien sus abogados presenten un recurso de hábeas corpus alegando detención irregular. Los letrados también consideraban ayer la solicitud de asilo político para el ex general, que tiene pendientes 10 años de cárcel en Paraguay por la intentona golpista de abril de 1996. También se enfrenta, entre otros procesos, a la acusación de haber planificado el asesinato en 1999 del vicepresidente de Paraguay, Luis María Argaña, y del liderazgo del intento de golpe de Estado abortado el pasado 18 de mayo.

Un portavoz de la Embajada de Paraguay en Brasilia manifestó que el expediente para la extradición de Oviedo, con todos los cargos que pesan en su contra, será remitido "a la brevedad" a Brasilia. El Gobierno de Asunción dispone de un plazo de 90 días para solicitar la extradición.

Inemar Pena Marinho, uno de los tres juristas brasileños que se encargarán de su defensa, aseguró que el ex general no quiere regresar a su país porque teme ser asesinado, pero tampoco desea permanecer en Brasil como asilado político. El abogado dijo que se ha sumado a la defensa por expresa petición de su suegro, el paraguayo Simeone Ramírez, miembro del Partido Colorado (ANR), al que pertenece también Oviedo.

Pena Marinho integra el equipo de abogados brasileños contratado por Ramírez y que completan Joaquim Alves Bastos y Adail Pereira da Silva, a quienes medios de comunicación locales identifican como ex militares brasileños.

Por otra parte, la reacción de los paraguayos ante la noticia de la detención de Oviedo fue doble, informa Andrea Machain desde Asunción: manifestaciones de júbilo en las calles e intentos de los fieles del ex general para hacer creer que Oviedo se había entregado voluntariamente. Las autoridades paraguayas se enfrentan ahora con el problema de qué hacer con Oviedo en caso de que Brasil lo extradite finalmente. El ex general cuenta con numerosos seguidores entre la población e incluso en la Cámara de Diputados. Los paraguayos temen que la justicia no se aplique con todo su peso, teniendo en cuenta que los intereses económicos y políticos suelen interferir en las decisiones de los tribunales. Los detractores del general consideran que, en este panorama de descrédito, Oviedo podría reagrupar sus fuerzas y volver a las andadas.

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