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Entrevista:

Peter Cary Director del 'ranking' de centros superiores de EEUU "Ser la última universidad puede ser un estímulo para mejorar"

La revista U.S. News and World Report publica todos los años, desde hace 17, la lista de las 50 mejores universidades de Estados Unidos. También establece clasificaciones específicas de universidades públicas, especializadas en humanidades o de ámbito regional. El periodista Peter Cary, director de proyectos especiales de la publicación y responsable de estas listas, participó recientemente en unas jornadas sobre evaluación de calidad que organizó en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) el Consejo de Universidades. Cary explicó que la clasificación comenzó en 1983 como una encuesta de reputación académica entre los responsables de las universidades. Esta encuesta supone hoy la cuarta parte de la puntuación de cada universidad, pero además se tienen en cuenta 16 indicadores numéricos, englobados en seis campos: índice de retención de alumnos (20% de la calificación final), recursos docentes (20%) y financieros (10%), selectividad de admisión (15%), índice de terminación de estudios (5%) y porcentaje de ex alumnos que hacen donaciones al centro (5%). Las cinco primeras universidades de la lista de 2000 son, en este orden, Instituto Tecnológico de California, Harvard, Instituto Tecnológico de Massachusetts, Princeton y Yale. La primera pública, en el puesto 20, es la de California-Berkeley.Pregunta. ¿Para quién es más util la lista, para los estudiantes o para las universidades que aparecen en ella?

Respuesta. Hacemos el libro para los consumidores: padres y futuros estudiantes. Se distribuyen 600.000 ejemplares. La página web de la revista (www.usnews.com) recibe cuatro millones de visitas semanales, el 80% de las cuales son por un motivo educativo. Cuando publicamos la guía, las visitas suben a 20 millones.

P. ¿Para qué sirve la lista?

R. Buscar una universidad es lento y preocupante. La lista sirve para buscar información sobre los centros de los que se ha oído hablar, conocer otras nuevas y compararlas para elegir la más adecuada. Los padres ven si las notas de su hijo son suficientes para entrar en un centro, el nivel de exigencia, el ratio de alumnos por profesor, la distancia al hogar. La lista aparece en una guía con información general sobre 1.400 universidades acreditadas y en nuestra web hay más información.

P. Dice que el fin es comparar, pero ¿hay alguna razón por la que no quieran todos los padres que sus hijos vayan a la mejor universidad?

R. Muchos intentan entrar en el centro más alto en la clasificación, y esto es bueno, porque una universidad bien clasificada merece que muchos alumnos quieran entrar en ella. Pero hay otros factores que el estudiante ha de tener en cuenta: el precio, la distancia a casa, la oferta de estudios, las posibilidades de préstamos y ayudas financieras, el entorno.

P. ¿Tiene la lista algún efecto en las universidades?

R. En cierto modo, sí. Algunas dicen que quieren mejorar su puesto y se fijan en los indicadores en los que tienen peor puntuación para corregirse. Otras no dicen nada, y unas pocas se oponen a la lista.

P. ¿Varía mucho la clasificación de un año a otro?

R. No, como mucho suben o bajan un puesto o dos.

P. ¿Cómo garantizan que la lista no depende de intereses publicitarios?

R. Nuestra revista es independiente. No aceptamos publicidad de las universidades en la guía para que nadie pueda acusarnos de que nos influye. En otras de nuestras revistas sí aceptaríamos publicidad, pero tenga en cuenta que comprar una de nuestras páginas cuesta unos 18 millones de pesetas y las universidades tienen mejores formas de invertir.

P. ¿Se podría realizar una lista parecida en España, donde más del 90% de la universidad es pública?

R. Si se publicaran los indicadores de calidad de las universidades, pero sin ponerlas en una clasificación, sería útil para la administración de los centros y para los consumidores. Es cierto que cualquiera podría hacer su propia lista a partir de los indicadores, pero tampoco esto es malo. Al final, lo importante es el sentido común, todo el mundo sabe cuáles son las buenas universidades y las malas.

P. ¿Sabe cuáles son las peores universidades de su país?

R. Claro, pero no se lo diría a nadie. Nuestra finalidad es destacar lo positivo, no señalar las peores.

P. ¿Qué pasaría en España con los estudiantes de las zonas desfavorecidas si sus universidades desaparecieran porque nadie quiere entrar en ellas?

R. Ser la última universidad de la lista puede ser un estímulo para mejorar. Las instituciones de Estados Unidos tienen diferentes propósitos, unas quieren ser las mejores y piden notas buenísimas, otras quieren llegar a más gente y no son muy caras. Si tienes distintos tipos de universidad, a lo mejor casi todos los estudiantes pueden encontrar un servicio a su medida.

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