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El fotógrafo Rafa Martín se inspira en el Renacimiento para retratar bodegones

El fotógrafo Rafa Martín (Leganés, 1951) presenta en el Archivo provincial de Vitoria Los rasgos de la memoria: Nature mortes, una muestra de obras realizadas con una cámara de los años 30 e inspiradas en el Renacimiento. Se trata de una memoria en blanco y negro que recoge los recuerdos del autor mezclados en bodegones y dentro de un contexto surrealista. Martín, ganador en 1999 del concurso fotográfico San Prudencio de Vitoria, dijo que las imágenes "tienen que ver con mis experiencias vitales".

La impresión de que las obras han sido elaboradas mediante técnicas de ordenador está muy lejos de la realidad. "Los bodegones han sido plasmados por una cámara del año 30, de 130 kilos de peso, de fuelle, preciosa, y las pequeñas fotografías están muchas de ellas simplemente positivadas por contacto, tal y como se hacía antiguamente", indicó el autor. Esta ejecución artesanal, que no ha modificado las imágenes originales, permite ofrecer una sensación de antigüedad con los tonos sepia característicos de dicha técnica. El artista señaló que las fotografías que componen la exposición fueron realizadas desde el año 1994.Martín que vive en la periferia de Madrid, resalta que estas imágenes de estudio son una parte de su creación. "Durante 15 años he estado fotografiando lo que sucede en la calle", destaca. "En este caso quise introducirme en un tiempo y en un espacio heredado del Renacimiento, pero muy vinculado a mis experiencias personales".

Universo íntimo

La exposición recoge imágenes y objetos familiares, y otros encontrados, que conforman lo que Martín define como un "universo íntimo" que recompone su memoria. Su referencia renacentista nace de la aparición en su vida de un libro sobre Tiziano, artista al que querido homenajear en varias de las obras de esta muestra a través de "tomar prestadas" Venus, bodegones e incluso la propia imagen del pintor italiano.

La utilización del blanco y negro ofrece a su trabajo "una mayor abstracción", le permite intervenir más personalmente en la obra "y que el resultado final se acerque más a las intenciones del autor". Martín cree que sus fotografías piden ser interrogadas por el espectador "para que ellas mismas cuenten cosas". En este sentido, explica que sólo una de las imágenes expuestas tiene nombre. Se titula A mi padre y muestra la cara de un muñeco junto a una cartilla de prisiones: "Puede ser muy dura, pero la hice como homenaje a él, que paso muchos años en la cárcel tras la guerra civil española", precisó.

Martín pone de relieve que quiso acercarse al bodegón a pesar de que en el campo de la fotografía "se encuentra desprestigiado". La muestra permanecerá en la sala de exposiciones del Archivo provincial hasta el próximo 27 de abril.

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