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Entrevista:JOAQUÍN CORTÉS | BAILARÍN

"Casi todas las compañías me imitan"

En Italia le bautizaron hace años como el Nureyev flamenco; Giorgio Armani le reconoce como su musa masculina; su farruca con el torso desnudo levantó la polémica más ardua que recuerda el ballet flamenco en los últimos tiempos. Bailó el año pasado en la entrega de los Oscar y allí por donde pasa nadie se queda indiferente a su danza. Hombre-espectáculo, trabajador infatigable, el inquieto chiquillo de Lavapiés que empezara a bailar a los 14 años es hoy, sin duda y a pesar de los ortodoxos que le niegan el pan y la sal, el bailarín más conocido de su generación y el artista del ballet español que más ha influido en el espectáculo del ballet flamenco. Criticado e imitado a partes iguales, Joaquín Cortés da ahora el salto definitivo en busca de definir su estética con Soul, que tendrá su estreno madrileño el próximo martes en el teatro Coliseum de la Gran Vía madrileña.Pregunta. ¿Qué es Soul?

Respuesta. Es la síntesis del mensaje que siempre quiero dar: la fusión entre música y danza, es lo que persigo desde Pasión gitana e incluso antes, pues yo veo la danza en escena como un musical. Esta vez más que un argumento hay varios homenajes y referencias. Está La Habana Vieja de los años treinta, la tauromaquia, el gospel y esa cultura negra que tiene tantas similitudes con la cultura gitana, la mía. Es una mezcla, mostrar un alma con muchas cosas dentro, el resumen de mis 19 años de carrera.

P. La música la ha seleccionado usted mismo.

R. Siempre lo hago en mis espectáculos. Hay una banda de 18 músicos (somos 60 personas en la compañía), percusionistas gitanos y un cubano, violín, viola, violonchelo y contrabajo, teclados, flauta, seis voces, guitarras... han colaborado conmigo Juan Parrilla, Diego Carrasco y Jesús Bola, entre los cuatro la hemos armado.

P. Y la selección de las bailarinas, todo chicas y usted, el concepto harén.

R. No, harén no. Son 11 bailarinas que han trabajado muy duro. Hice audiciones: seis de ellas ya habían trabajado antes conmigo y conocen mi estilo, las otras son nuevas, y todas son excelentes intérpretes.

P. Parte de la profesión le critica concebir el ballet flamenco como un musical.

R. Ya Pasión gitana era un musical que alternaba música con danza.

P. Pero los flamencólogos le reprochan que un bailarín de su calidad se olvide del baile puro en función del espectáculo.

R. Ya no. Han entendido que soy un artista libre y que hago lo que siento. Siempre voy a contracorriente, me siento un revolucionario fuera del sistema, no me caso con el sistema. Se ha demostrado que mi trabajo ha funcionado. Tiene un valor y actualmente casi todas las compañías de danza me imitan de una forma u otra.

P. Viene a decir que los detractores se han vuelto seguidores.

R. Ser pionero tiene un precio. Se me criticó por vincularme estrechamente al mundo de la moda, y ahora todos van por ahí; se me criticó por hacer cosas en la televisión y ahora todos están locos por salir en ella; los que no tenían el pelo largo se lo han dejado crecer...

P. Y el bailar sin camisa...

R. También, y eso, que podía ser anecdótico, mira lo que ha traído después. Me siento un rebelde con causa; el baile, la danza, es mi vida y encima tengo la suerte de que el público, que es el que manda y el que paga, me quiere y me acepta.

P. En Soul repite colaboración con Giorgio Armani.

R. Sí, es todo de Armani. Cada vez la colaboración es más estrecha. Ha hecho un vestuario espectacular sobre las ideas que le di.

P. No debe ser fácil mantener la independencia como creador cuando se depende de una macroestructura promocional y funcional como en la que usted está inmerso.

R. No, en absoluto. Alterno cosas, por ejemplo, acabo de rodar una película y estrenamos en Madrid la semana que viene.En esa película no hay ni un solo paso de baile: es actuación pura y dura.

P. ¿Y la preparación académica del bailarín?

R. Ahora lo he tenido muy difícil, con días de hasta 14 horas de rodaje. Desde que me fui a Nueva York mi sistema de entrenamiento cambió y mi cuerpo también, mi mente ha evolucionado. No necesito un maestro, no lo concibo. Sería difícil que encontrara uno con el que me entendiera bien, pues la mezcla de bailes que hago yo es una cosa muy personal: flamenco, clásico, moderno. En Soul voy más lejos en esto.

P. ¿Qué dice de su fama de soberbio?

R. No lo soy. Lo que pasa es que soy muy riguroso en el trabajo, soy perfeccionista, persigo la calidad óptima por respeto al público y a mí mismo.

P. ¿La consagración no le ha llegado demasiado pronto?

R. Es la recompensa al trabajo.

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