Insólito desembarco de galerías españolas
Es una iniciativa insólita que pretende romper con el tópico de que entre las galerías españolas sólo es posible la competencia. Esto es, al menos, lo que explica el galerista Alejandro Sales, el responsable de una iniciativa que permitirá a los interesados visitar galerías situadas en Madrid, Sevilla, Valencia y Santander sin necesidad de moverse de Barcelona.Alejandro Sales celebra de esta forma sus 15 años en el mundo del arte, primero con el nombre de Arteunido en la plaza de San Gregorio Taumaturgo y desde 1991 en la actual sala que lleva su nombre, en la calle de Julián Romea, cuyo espacio principal cede a las citadas galerías peninsulares. La primera en abrir el fuego es la prestigiosa galerista madrileña Soledad Lorenzo, que hasta el 8 de abril presenta trabajos de los artistas Txomin Badiola, Victoria Civera, Jorge Galindo, Pellu Irazu, Pedro Mora, José María Sicilia y Juan Uslé.
Le seguirán, hasta mediados de julio, las galerías Rafael Ortiz, de Sevilla; la Tomás March, de Valencia, y la Siboney de Santander.
Ésta última galería, de hecho, fue la pionera en la experiencia ya que su director, Juan Riaño, invitó recientemente a Sales a realizar un intercambio parecido en su galería santanderina, en la que también han participado otras salas. "Me parece una buena idea porque es una manera de reconocer el trabajo de alguien, sea éste un artista, un galerista o un crítico". Rafael Ortiz comparte esta idea y considera "generosa" la iniciativa, opinión que comparte con Tomás March.
"Mucha gente piensa que las galerías no nos entendemos entre nosotros o que nos llevamos mal, y esta iniciativa de Sales es una prueba de que no es así", afirma Soledad Lorenzo, quien cree que estos gestos simbólicos de unión de intereses son importantes porque en el fondo "todos compartimos las mismas penas y alegrías; somos más cómplices de lo que parece".
Los cuatro galeristas, algunos de las cuales representan a artistas que trabajan también con otras salas catalanas, reconocen que el mercado barcelonés es tradicionalmente muy cerrado y confían en que esta oportunidad les permitirá estrechar lazos con los artistas y los coleccionistas catalanes.
