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El Espanyol aguanta al Barça

Ramon Besa

El derby fue un decálogo del quiero y no puedo y, por consiguiente, me conformo entre dos equipos en racha. Mereció mejor suerte el Barça, más equipo que el Espanyol, que celebró el empate como un premio. A los azulgrana, fecundos por naturaleza, les ha abandonado el gol. No es que se hayan quedado secos, pero para marcar necesitan demasiadas ocasiones. Llevan dos goles en tres partidos, así que le siguen dando cuerda al Deportivo.El partido discurrió mucho rato por las zonas blandas de la cancha, alejado de las áreas, distante de los márgenes, girando alrededor del círculo central. El Barça ha encogido desde que la defensa le robó el protagonismo a la delantera. Ha mejorado en la conservación de la pelota y tiene un especial cuidado en juntar las líneas, en los apoyos y en las recuperaciones. A cambio ha perdido ritmo, fluidez, profundidad y, sobre todo, sorpresa. Hay demasiada gente que acude en busca de la pelota, resulta costoso generar espacios, no hay cambios de orientación y pocos son los que juegan a un toque.

ESPANYOL 1 BARCELONA 1

Espanyol: Mora; Cristóbal, Pochettino, Nando, Toledo; Toni Velamazán (De Lucas, m.67), Galca, Sergio, Arteaga (Roger, m.75); Benítez; y Tamudo (Manel, m.64).Barcelona: Arnau; Puyol, Abelardo, Bogarde, Zenden; Lítmanen (Luis Enrique, m.75), Xavi, Cocu; Figo, Kluivert y Rivaldo. Goles: 1-0. M. 20. Sergio lanza una falta desde la banda derecha y Benítez cabecea en plancha entre Abelardo y Rivaldo. 1-1. M.45. Zeden centra desde la izquierda, Pochettino rechaza de mala manera y Kluivert aprovecha el despeje para cabecear por alto a gol. Árbitro: Brito Arceo, tinerfeño. Mostró la tarjeta amarilla a Cocu, Figo, Kluivert, Galca, Nando, Toledo, Bogarde, Pochettino, Luis Enrique y Abelardo. 33.400 espectadores en el estadio Olímpico de Montjuïc. El saque de honor correspondió a los componentes de la delantera de Los Delfines: Amas, Marcial, Re, Rodilla y José María. Benítez dedicó su gol a Ramonet, fisioterapeuta del Espanyol.

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No le costó demasiado trabajo al Espanyol contener al Barça. El blanquiazul ha dejado de ser un equipo cagón. El fútbol directo ha sustituido al laberíntico, y la presión, la anticipación en la línea de medios, le permiten un cierto desahogo en una defensa ya muy veterana y avalan las maniobras ofensivas de Benítez y Tamudo, dos futbolistas menudos, especialmente diligentes cuando tienen el campo abierto.

La vigorosidad con la que se desplegó el Espanyol, resguardando siempre su área, y la cautela con la que transitó el Barcelona, abonaron el juego hueco. Pensó el Espanyol que, tarde o temprano, algún gol caería, más que nada por la inseguridad que ofreció sorprendentemente la zaga azulgrana, de apariencia más vulnerable que en partidos anteriores, quizá por la presencia de Bogarde, sustituto del lesionado Reiziger. Tampoco el Barcelona tuvo prisa por alcanzar el campo contrario. Figo salió malparado de sus disputas con los laterales y y los centrales. Le tiraron con cierta reiteración y, sin embargo, recibió una tarjeta amarilla a la primera, cuando enganchó a Toledo de la zamarra, decisión arbitral que provocó la ira del equipo.Así que el partido avanzó sin grandes sobresaltos, más pendiente de los errores de Brito, muy destemplado, que del juego.Marcó Benítez de cabeza en una jugada a balón parado, mal defendida por el Barça, y empató Kluivert, justo cuando la hinchada aguardaba el descanso, en un mal rechace de Pochettino.

El gol azulgrana tuvo un efecto psicológico decisivo en el desarrollo del choque. El Barcelona se creció y el Espanyol perdió protagonismo. Los azulgrana mejoraron su juego de posición y los blanquiazules, muy zurrados durante el primer tramo de partido, perdieron fuelle. La falta de físico les obligó a ceder el gobierno de la contienda y entregarse al juego de contraataque. Frente al fútbol precioso de Kluivert y Lítmanen, que se asociaron con gusto de forma reiterada, Tamudo y Benítez buscaron el uno contra uno ante Bogarde.

La aportación de Kluivert, ausente en los últimos cinco partidos por sanción -ayer soltó un codazo a Nando en otra acción polémica aunque con la disputa de la pelota de por medio- resultó determinante en el fútbol azulgrana. El ariete holandés mejora por igual las jugadas que los jugadores. Juega Kluivert y juegan también Lítmanen, Figo y Rivaldo. Flores reaccionó con prontitud a la afrenta del Barça, mucho más equipo que el Espanyol. Los cambios aliviaron el dolor blanquiazul y el partido entró en un diálogo interesante.

La entrada en escena de Luis Enrique, un futbolista que se maneja como pocos en los partidos más enredados, agrandó las posibilidades de éxito del Barcelona. Mora aguantó entonces al Espanyol con un par de intervenciones de mérito y aguantó el empate, resultado que si a alguien favoreció es al equipo blanquiazul.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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