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'Tauromaquias' recorre en Vitoria tres siglos de creación artística sobre el mundo del toreo

La impresionante estampa disecada del toro Gordito de la ganadería de Joaquín Buendía recibe al visitante de la exposición Tauromaquias, que ayer se inauguró en la sala de exposiciones de la Caja Vital en Vitoria. Es el único componente más o menos real de una muestra que acoge 200 obras (grabados, esculturas y pinturas) sobre el mundo de los toros de algunos de los principales artistas españoles de los tres últimos siglos. Desde los grabados de Carnicero o la imprescindible Tauromaquia de Goya a las incursiones de Alberti o Picasso sin olvidar las aportaciones de escultores como Benlliure, Alberto o Pablo Serrano. La exposición se clausurará el próximo 27 de febrero.

Las corridas de toros -arte, espectáculo, fiesta, acontecimiento social- son un motivo más que atractivo para los creadores españoles de estas últimas centurias. Buena prueba de ello son las 200 obras que ha seleccionado entre los fondos de colecciones de toda España Julián García, comisario de la exposición. Lo que en un principio surgió con una intención meramente documental (como muestran los grabados de Carnicero, de finales del XVIII), mezcló el documento y el mejor arte en la obra de Goya, continuó como un testimonio costumbrista en la paleta de pintores del XIX como Joaquín Domínguez Bécquer y acabó en recurso expresivo para artistas de todo este siglo XX, desde Picasso a José Hernández.La exposición que se presenta en la capital alavesa hasta el próximo 27 de febrero ha tratado (y con éxito, dada la dificultad de la iniciativa) de ofrecer una muestra de las distintas expresiones artísticas que ha generado el mundo de los toros. Ya el inicio del recorrido es más que atractivo: los 13 grabados de Antonio Carnicero, de 1787, ofrecen un itinerario fidedigno sobre los lances taurinos, desde que sale el astado del toril hasta el arrastre del animal después de la suerte suprema, que también está reflejada en otro grabado.

Estas obras proceden de la Calcografía Nacional, al igual que los grabados de la serie Tauromaquia de Goya, una de las estrellas de la exposición, realizados entre 1814 y 1815, en los que se refleja el nacimiento del moderno arte de torear a pie. En ese segundo decenio del XIX, la afición por los toros era más que popular y el pintor aragonés trató de plasmar distintos momentos (hasta 45) de la denominada fiesta nacional. Títulos como Temeridad de Martincho en la plaza de Zaragoza, en el que el diestro se enfrenta al morlaco desde una silla y parapetado tras un sombrero, o La desgraciada muerte de Pepe-Hillo en la plaza de Madrid dan fe de la variedad expresiva con la que Goya afrontó los distintos aspectos de las corridas de toros.

Costumbrismo y vanguardia

La muestra continúa con obras menos documentales, pero también más populistas. Es el momento de artistas costumbristas como el sevillano Joaquín Domínguez Bécquer, hermano del poeta, del que se presenta Plaza de la Real Maestranza de Sevilla, o de José Garnelo con su Tarde de toros en Granada. El siguiente en aparecer en el recorrido cronológico que establece la exposición es Mariano Benlliure, escultor y pintor prestigioso que entra en el siglo XX con una visión sobre el mundo taurino que realza los valores característicos de la fiesta hasta la actualidad. De ese principio del XX es también el retrato de un joven Belmonte, a cargo de Julio Romero de Torres.

Los artistas de la vanguardia también se sintieron seducidos por el enfremtamiento del hombre vestido de luces y el astado. La exposición recoge varios grabados de Pablo Picasso, además de un cartel titulado Toros en Vallauris, de 1957. Se presenta además una interesante y curiosa aportación de grabados del recientemente fallecido Rafael Alberti, sin olvidar a una pequeña, pero imprescindible escultura de Alberto Sánchez.

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La exposición continúa con obras de artistas de la Escuela de Vallecas (Benjamín Palencia) y de la de Madrid (Vázquez Díaz), del grupo El Paso (Pablo Serrano), del Equipo 57, hasta artistas de estos últimos años como Venancio Blanco o Nacho Martín.

La exposición que acoge la sala de la Fundación Caja Vital (Postas, 13-15) se complementa con una muestra de recuerdos, objetos y curiosidades relacionados con el ambiente taurino de la capital alavesa.

Igualmente se aportan piezas curiosas: además del citado toro Gordito, se exhibe uno de los trajes de luces que lució Julio Robles, y la cabeza del toro Rosquillerito, que fue lidiado y estocado en Las Ventas de Madrid por el matador Manolo Sánchez.

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