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LA PRECAMPAÑA DEL 12-M

PSOE e IU descartan la coalición pero acercan posiciones para un programa común

Tres días después de que el líder del PSOE, Joaquín Almunia, propusiera a IU entablar negociaciones en busca de un programa común que les permita gobernar juntos y de una fórmula electoral para que todos los votos de la izquierda se traduzcan en escaños, la situación está en que ambas fuerzas aproximan posturas y manifiestan su "voluntad" de seguir negociando con el máximo interés para echar de La Moncloa al PP y lograr un Ejecutivo de izquierdas. A falta de mayor concreción, los representantes del PSOE e IU avanzaron ayer en aspectos programáticos, sobre todo de carácter social, aunque no tanto en el apartado fiscal, en el que IU insiste en subir tres puntos la presión fiscal, y aparcaron para hoy la búsqueda de la fórmula electoral. La posibilidad de una coalición para el 12-M mediante listas conjuntas ha quedado descartada.

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Ambas formaciones concluyeron ayer en que resulta imposible, por falta de tiempo fundamentalmente, acudir a la coalición electoral que proponía inicialmente Izquierda Unida. Esta coalición rechaza de plano su retirada de 34 provincias en las que nunca ha obtenido representación, según la propuesta de los socialistas, que hoy, no obstante, rebajarán su demanda a una docena de circunscripciones, aproximadamente, además de abrir sus listas a candidatos de IU.Durante casi tres horas, los socialistas Ciprià Ciscar, Alfredo Pérez Rubalcaba y Juan Manuel Eguiagaray negociaron ayer en el Congreso de los Diputados con Víctor Ríos, Alonso Puerta y Juan Francisco Martín Seco -los dos últimos, ex socialistas- la oferta de gobierno de Almunia, tal y como éste había acordado el día anterior con el candidato electoral de IU, Francisco Frutos. La reunión debió transcurrir en un clima agradable a juzgar por las manifestaciones posteriores que unos y otros desgranaron.

"Ha sido una reunión útil y franca", dijo Ciscar. "El carácter de la reunión es positivo porque ha transcurrido en un tono de franqueza y sinceridad", comentó Ríos. "Ambas partes tenemos la voluntad de conseguir acuerdos que permitan avanzar en la ilusión de millones de personas que quieren hacer posible un cambio para hacer una mayoría de izquierdas, con un Gobierno de izquierdas, con políticas de izquierdas", continuó el portavoz de IU.

Del lado socialista, Ciscar hizo manifestaciones parecidas sobre la necesidad de dar respuesta a todos los progresistas que quieren un Gobierno de esas características. Pero, aunque estas manifestaciones a ambos les parecen muy importantes, y así lo reseñaron, lo cierto es que ni unos ni otros se atrevieron a lanzar las campanas al vuelo.

Los socialistas tenían ayer interés en empezar a discutir el programa común, en tanto que advirtieron en IU afán por hablar de la fórmula electoral, según apreciación de los primeros. IU propuso formar una coalición, y a partir de ahí el PSOE comenzó a argumentar en contra de esta fórmula por falta de tiempo, ya que hoy mismo, a las doce de la noche, concluye el plazo para presentar candidaturas conjuntas. Además, ello significaría necesariamente la presentación de un único programa y que habría un solo grupo parlamentario, lo que obligaría, además, a que los dos máximos órganos de dirección de las respectivas fuerzas políticas tuvieran que refrendar el acuerdo. "Ambos hemos convenido en la dificultad de hacer una coalición electoral en unas horas, por lo que reconocemos la no viabilidad de esa fórmula", admitió Ciscar. Víctor Ríos no fue tan tajante, pero reconoció las grandes dificultades de llevar a cabo esa propuesta y pospuso para hoy la negociación sobre otras fórmulas electorales.

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Dentro de la reunión se continuó hablando de este asunto, que es el problema más serio, e Izquierda Unida dejó claro su rechazo sin matices a la propuesta del PSOE de que la coalición no se presente en las 34 circunscripciones en las que nunca ha obtenido representación, para que todo el voto de izquierdas vaya a PSOE-Progresistas. El PSOE trató de convencer a los negociadores de IU de que nada de lo que estaban discutiendo tendría sentido si no se ganan antes las elecciones, y ello sólo es posible, a su juicio, si todos los votos se traducen en escaños. Si IU va sola a las elecciones, las posibilidades de que sus escaños sumen con los del PSOE una mayoría para gobernar son muy escasas. Ni uno ni otro avanzaron qué propondrán hoy, en la nueva cita.

Lo más probable es que el PSOE verbalice una rebaja muy sustancial de sus pretensiones iniciales, y deje en diez o doce las circunscripciones en las que IU debería renunciar a presentarse. Además, podría ofrecer abrir sus listas en esas provincias a candidatos de IU. Las diferencias se mantienen en el apartado de presión fiscal, en el que IU insiste en una subida de tres puntos, mientras que el PSOE defiende el mantenimiento de los actuales tipos. La coalición de Frutos mantiene asimismo su rechazo a la OTAN, pero no parece que vaya a hacer de este asunto un caballo de batalla; en tanto que el PSOE accede a negociar la semana laboral de 35 horas.

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