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Tribuna
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Fecha con poca suerte

JAVIER PÉREZ ROYOEl 4 de diciembre de 1977 como fecha histórica no ha tenido suerte. La celebración el 6 de diciembre del año siguiente del referéndum de aprobación de la Constitución, por un lado, y el éxito del referéndum de ratificación de la iniciativa autonómica el 28- F de 1980, por otro, la han oscurecido por completo. Si ahora mismo se hiciera una pregunta a la ciudadanía sobre esa fecha, es bastante probable que una mayoría abrumadora de andaluces no supiera identificar qué ocurrió ese día.

Y sin embargo, la fecha fue decisiva por varios motivos.

En primer lugar, porque condicionó la definición de la estructura del Estado en el proceso constituyente que se estaba iniciando. El 4 de diciembre fue decisivo para que las "preautonomías" se generalizaran y no quedaran reducidas a las llamadas nacionalidades históricas. La batalla por la interpretación de la autonomía no como un problema exclusivamente "nacionalista", sino como un problema general de estructura del Estado, se empezó a librar y a resolver ese día.

En segundo lugar, porque gracias al 4 de diciembre de 1977 hubo el Pacto de Antequera del 4 de diciembre de 1978, que hizo posible que en Andalucía se cumplieran, tras las elecciones municipales de 1979, los requisitos exigidos por el artículo 151 de la Constitución para que el Gobierno de la nación tuviera que convocar el referéndum del 28-F. Sin el acuerdo de todos los partidos, incluido UCD, de promover la vía del artículo 151, es muy probable que no se hubiera tenido que convocar dicho referéndum.

El 4 de diciembre de 1977 fue una demostración clamorosa de que la autonomía no era un problema vasco o catalán, sino un problema de carácter general. Quienquiera que vivió la manifestación de ese día tuvo que darse cuenta de que Andalucía no podía quedarse descolgada del proceso de transición del Estado centralista al Estado políticamente descentralizado. Y si Andalucía no se podía quedar descolgada, no podía quedarse descolgada ninguna otra región de España.

Esto lo entendió muy bien Manuel Clavero, pero no el Gobierno de UCD. El resultado no pudo ser más desastroso para dicho partido, que iniciaría tras el 28-F un proceso de descomposición, que le llevaría en dos años a su desaparición.

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Desde entonces el centro-derecha andaluz no ha sabido qué hacer con Andalucía. Los días 4 de diciembre de 1977 y 1978 fueron las últimas fechas en las que el centro-derecha andaluz ha tenido una política para Andalucía. Desde entonces ha sido en Andalucía un partido estatal y municipal, es decir, un partido que compite en las elecciones generales y municipales, pero que simplemente concurre a las elecciones autonómicas.

El 4 de diciembre de 1977 provoca una cierta nostalgia. ¿Cómo habría sido la autonomía andaluza si el centro-derecha no se hubiera marginado de su construcción?

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