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La Seda, trampolín de políticos convergentes

Artur Mas y Jordi Vilajoana se sentarán de nuevo alrededor de la misma mesa. Esta vez será la del Consell Executiu de la Generalitat, como en otro tiempo fue la del consejo de administración de una empresa, La Seda de Barcelona SA. La compañía de fibras ha sido, a lo largo de esta década, el lugar donde se ha producido la curiosa coincidencia de cuadros del nacionalismo y familiares y amigos de Jordi Pujol.El actual presidente de La Seda, Rafael Español, el consejero de Economía, Artur Mas, el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, el ejecutivo Carles Vilarrubí -actual consejero de Telefónica y muy vinculado al entorno familiar de Pujol- y el propio hijo del presidente, Jordi Pujol Ferrusola son los cinco cuadros nacionalistas que han pasado por los órganos directivos de La Seda en los últimos años.

Tres de los citados, Artur Mas, Jordi Vilajoana y Carles Vilarrubí, pertenecieron al consejo de la empresa entre 1994 y 1995. Por su parte,, Jordi Pujol Ferrusola fue nombrado a principios de este mismo año consejero de la empresa Hispano Química (HQ), la filial del grupo en la que La Seda concentra sus estretagias de expansión de cara a los próximos años.

Rafael Español desempeña la presidencia de la empresa desde desde 1984, cuando fue propulsado desde la dirección general del grupo con la ayuda de la la Generalitat. La Administración catalana le escogió para que sacara del bache a la compañía de fibras, sumida entonces en una crisis, que había estallado tres años antes, tras la salida del antiguo socio mayoritario del grupo, la multinacional Akzo.

Español, que en la actualidad ocupa también un cargo en el consejo de la eléctrica Endesa, es, hoy por hoy, uno de los representantes más comprometidos del grupo de interés económico, que se mueve en el entorno familiar partidista y familiar del presidente de la Generalitat.

La presencia de nacionalistas muy señalados en los órganos ejecutivos de La Seda ha coincidido, además, con el apoyo financiero que la Generalitat ha prestado a la empresa. En los últimos años, el Instituto Catalán de Finanzas, ha concedido avales a La Seda de hasta 2.000 millones de pesetas. Fue precisamente el consejero de Industria, Antoni Subirà, emparentado con Jordi Pujol y antiguo militante del partido nacionalista, quien prestó su apoyo a la operación negociando el respaldo financiero de la Generalitat. Además, el consejero consiguió otro aval 1.500 millones concedido por la Comuniudad Autónoma de Madrid, ya que la empresa tenía una factoría en Alcalá de Henares. La financiación procedente de la autonomía madrileña para empresas catalanas con factorías en aquella comunidad fue una de las contraprestaciones que obtuvo CiU a cambio del soporte presupuestario de los nacionalistas durante la última legislatura de Felipe González.

La conexión entre Subirà y Rafael Español ha sido una constante en toda la etapa de salvación de La Seda. Además de la relación establecida a partir del problema de la empresa, ambos han estado también muy vinculados en el seguimiento del proceso de concentración de las eléctricas catalanas, Fecsa y Enher, tras ser absorbidas ambas por Endesa.

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Esta relación entre el consejero y el ejecutivo se saldó favorablemente para el segundo, quien obtuvo el cargo citado en Endesa, mientras que Subirá perdió el control de las eléctricas para la Administración catalana.

En la etapa final de su crisis, La Seda vivió un largo contencioso con el abogado barcelonés Jacinto Soler Padró que había incumplido su compromiso de encontrar un socio industrial para la empresa. De hecho, esta empresa relevó a otras crisis anteriores, -Pier, Taurus, La Farga Casanova o Corberó-Domar- todas ellas intervenidas por la Ganeralitat antes de entrar en procesos de liquidación.

Junto a los cargos nacionalistas, La Seda incluyó en el consejo al socialista Joan Majó y al ex presidente de Catalana de Gas, Pere Grau. Estos dos últimos sirvieron, en un primer momento, de pretexto para vestir de pluralismo lo que había sido un desembarco en la compañía por parte de personalidades muy vinculadas a la órbita económica de Jordi Pujol.

A principios de 1995, Jordi Vilajoana y Artur Mas cesaron como consejeros de La Seda. El primero dejó otros cuatro consejos de empresas asociadas a su grupo publicitario, Tiempo BBDO, para ser nombrado presidente de la Corporación Catalana de Radioy Televisión. Mas, por su parte, decidió centrar su actividad únicamente en la política, primero en el Ayuntamiento de Barcelona, después como consejero de Obras Públicas y Política Territorial y finalmente en Economía.

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