_
_
_
_
_

La dramática luz de Caravaggio llega a Bilbao

Una selección de 15 obras del pintor Michelangelo Merisi, Caravaggio (1561-1610), muestran desde ayer en el Museo de Bellas Artes de Bilbao la evolución de un maestro en el uso dramático de la luz y las sombras. La tumultuosa vida de Caravaggio, un hombre de carácter violento y que tuvo constantes problemas con la Justicia, hizo que careciese de un taller donde formar discípulos, pero su pintura influyó en el desarrollo del arte barroco en toda Europa. "El caravaggismo creó el primer movimiento europeo de pintura", señala la comisaria de la exposición, Rosella Vodret.

Las dificultades para conseguir el préstamo de las obras hizo necesario un acuerdo político entre los gobiernos español e italiano para poder organizar la primera exposición de Caravaggio en España. Tras su presentación en el Museo del Prado, en Madrid, el Museo de Bellas Artes de Bilbao inauguró ayer una selección de 15 pinturas, que representan la cuarta parte de la producción total que realizó el artista italiano. Rosella Vodret, directora de la galería de arte antiguo del Palacio Barberini, de Roma, propone en la exposición un discurso cronológico que recorre todas las etapas del autor. Los músicos es el ejemplo elegido para mostrar los comienzos del artista. La muestra más señera de la madurez de Caravaggio es la imponente Virgen de los Palafreneros, de la Galleria Borghese, de Roma, rechazada en su época por su naturalismo.

En el tramo final de su vida, Caravaggio se acercó a la espiritulidad de la Contrarreforma, que dejó patente en el tratamiento de los asuntos religiosos y los temas bíblicos, como en sus pinturas de San Jerónimo y San Juan.

El talento de Caravaggio hizo que su estilo fuera determinante en el desarrollo de la pintura barroca, tanto dentro como fuera de Italia. Vodret destaca que el caravaggismo sobrevivió a la desaparición del artista. La fama del pintor tenebrista atrajo hasta Italia a artistas franceses, españoles, holandeses y alemanes, que extendieron la huella del autor en la pintura de sus países de origen. "Fue el primer movimiento europeo de pintura. Acabó el caravaggismo en Roma, pero siguió en toda Europa", añade la comisaria. La obra de Zurbarán, Ribera y Velázquez demuestran que el influjo de Caravaggio llegó a la escuela española.

Cuadros en la penumbra

A diferencia de la exposición de Caravaggio en el Museo del Prado, el equipo responsable del montaje en Bilbao presenta la muestra en penumbra, sólo rota por los focos dirigidos directamente sobre las pinturas. Las 15 obras (cuatro menos que las exhibidas en el Museo del Prado) que conforman el montaje, ordenadas cronológicamente, han sido distribuidas por las salas sin escatimar espacio.El ambiente creado en torno a las pinturas de Caravaggio aumenta la expresividad de los rostros y la fuerza de las composiciones, como en la enigmática Salomé con la cabeza del Bautista, procedente del Palacio Real, de Madrid, o el David con la cabeza de Goliat, cedido por la Galleria Borghese, de Roma, considerado por los estudiosos como una reflexión poética del artista sobre su propia muerte.

En una misma sala se confrontan las dos versiones de San Francisco en meditación, que han dividido a los estudiosos a la hora de determinar cúal de las pinturas, de idéntica composición, es el original. La alteración de la capa de barnices que cubre ambas obras dificulta que los expertos lleguen a conclusiones definitivas, a pesar del interés que la cuestión ha despertado a lo largo de todo el siglo.

La comisaria de la exposición, Rosella Vodret, recuerda en el catálogo que el caso de los San Francisco es uno de los ejemplos de los dobles de Caravaggio, obras que fueron copiadas y que siguen motivando fuertes discrepancias entre los expertos. A la luz de las últimas investigaciones, el caso de los San Francisco se complica. Un estudio publicado en Italia en 1991 demostró que el procedimiento pictórico empleado en ambas obras es ajeno a la técnica característica del autor.

Restauración

Dos de las obras de la exposición se han presentado en España recién concluido su proceso de restauración integral. Se trata de la pintura Judith cortando la cabeza a Holofernes, que marcó el inicio de sus grandes cuadros de asusntos bíblicos y constituye un paradigma de una escena de gran intensidad física y psíquica, y de la Virgen de los Palafreneros, que ha sido cedida por la Galleria Borghese. Este museo romano se ha visto privado este otoño de cuatro obras maestras de Caravaggio, prestadas para las exposiciones organizadas en Madrid y Bilbao.

El grueso de la muestra ha sido cedido por colecciones públicas italianas, que poseen la mayor parte de la escasa obra de Caravaggio catalogada, unas 60 piezas. A estas pinturas se han sumado dos piezas procedentes de Estados Unidos (Los músicos, del Museo Metropolitano de Nueva York y El sacrificio de Isaac, de una colección particular de Princenton) y dos de las escasas obras de Caravaggio existentes en España, el David y Goliat, del Museo del Prado, y Salomé con la cabeza del Bautista, propiedad del Patrimonio Nacional.

La exposición estará abierta al público en Bilbao hasta el día 23 del próximo mes de enero.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_