La oposición suspende la política del PP en la Diputación de Álava y le acusa de no gobernar
Ningún partido salvo el PP y UA, que sustentan el Gobierno de la Diputación de Álava, aprueba la gestión de Ramón Rabanera en los primeros cuatro meses de legislatura. En el pleno de Santa Catalina, que cada año repasa el estado de la provincia, los grupos de la oposición acusaron al PP de "administrar y no hacer política". El suspenso generalizado se tradujo en el escaso eco que tuvo su petición de ayuda de los popupares al resto de partidos para sacar adelante los presupuestos. De hecho, los socialistas invitaron a Rabanera a retirar el proyecto y EA le amenazó con una moción de censura si no dimite.
Al margen de los comentarios obligados de todos los portavoces a la ruptura de la tregua de ETA, la segunda sesión del pleno sobre el estado de la provincia puso de relieve la debilidad del equipo de gobierno foral. El PP y Unidad Alavesa no obtuvieron respaldo alguno y ni siquiera un mínimo gesto favorable hacia su gestión. Y el primer resultado relevante soledad se verá en el debate presupuestario. Ayer se produjo una especie de prólogo, y las perspectivas para el Ejecutivo foral se presentan crudas.La oposición acusó a Ramón Rabanera de no ejercer el poder que le dieron las Juntas en julio, con el apoyo externo de los socialistas. Y aunque éstos reiteraron que el sillón del diputado general no corre peligro, porque le seguirán manteniendo en el puesto, le advirtieron de que ha cometido "demasiadas contradicciones y ha habido demasiada confusión". Además, su portavoz, Fernando Buesa, le cerró por completo las puertas a un posible acuerdo presupuestario: "Lo que nos ha presentado no es posible que lo aprobemos.No se arregla con cuatro enmiendas. Por eso le pido que retire los presupuestos, sin que ello perjudique las inversiones; y si necesita hacer ajustes en la prórroga, le apoyaremos".
Cerrada esa vía, la otra alternativa, la de los nacionalistas, no parece factible. El PNV sugirió que Rabanera gobierna a las órdenes de Buesa, le acusó de "intentar deshacer lo ya acordado" y de mostrar una actitud "de euforia y prepotencia" a pesar de su minoría en las Juntas. "En su discurso empezó pidiendo auxilio y terminó reclamando socorro", comentó el portavoz peneuvista, Félix Ormazabal, en relación a Rabanera. "Le tengo que suspender", añadió.
Su socio de coalición, EA, fue más contundente en sus propuestas. Manuel Ibarrondo, su portavoz, aseguró que en realidad "está gobernando la oposición" y pidió a los populares que, si no obtienen apoyos en el presupuesto, "dimitan voluntariamente de su gobierno" porque de lo contrario presentará "tarde o temprano una moción de censura".
Euskal Herritarrok dedicó la mayor parte de su intervención al anuncio de ETA de romper la tregua, aunque guardó un hueco para recriminar a Ramón Rabanera su "dependencia con el Estado español" y acusarle de "estar a sus órdenes". Su portavoz, Iñaki Usategi, también criticó las negociaciones sobre el Concierto y los recursos judiciales interpuestos, al afirmar que "el Estado quiere mantener el derecho a veto en la soberanía fiscal" vasca.
Izquierda Unida llamó la atención sobre el "programa de derechas" elaborado por el equipo del PP y UA, y cuestionó el gasto en bienestar social que pretende aplicar el Ejecutivo foral para el próximo año.
Rabanera contestó a todos con un nuevo gesto de apertura hacia la oposición para que presente enmiendas. "Estoy abierto a cualquier negociación. Soy consciente de que necesito apoyos y por eso pido responsabilidad", afirmó. Dirigiéndose a los socialistas, incluso les reiteró otra vez su deseo de que "participen" en el equipo de gobierno.
