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Las mujeres viajan para orar

Con el fútbol no se juega. La exigente prensa brasileña no tolera de buena gana los más mínimos desórdenes de sus estrellas. Sobre todo cuando llega una cita internacional y Brasil -su pueblo- pone en riesgo su liderazgo futbolístico mundial.No es extraño, por tanto, que apenas llegado a Tokio, el capitán del Palmeiras, Zinho, tuviera que dar explicaciones a la prensa. El motivo: algunos jugadores habían aterrizado en la capital japonesa con compañía femenina, ya fueran esposas, novias o prometidas. Zinho sofocó las alarmas: la presencia de las esposas tenía como objeto ayudarles con oraciones a derrotar al Manchester United. "Muchas esposas son evangélicas, como la mía, y vienen para orar", explicó Zinho, campeón con Brasil de la Copa del Mundo de 1994.

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El capitán del Palmeiras aclaró durante la semana de concentración en Tokio que no habría "contactos íntimos". Atribuyó la abstinencia al carácter de su entrenador, Luiz Felipe Scolari, un tipo "muy rígido" al que apodan el sargento. Junto a la delegación oficial del campeón vigente de la Libertadores viajaron las mujeres de los jugadores Paulo Nunes, Zinho, Evair, Euller y del paraguayo Francisco Arce; la prometida de Álex y la novia de Rogerio.

Consultados por la prensa deportiva que acompaña al Palmeiras, todos los jugadores coincidieron en subrayar que sus compañeras no se hospedarían en el mismo hotel que la plantilla. "Mi concentración no será alterada por la presencia cercana de mi esposa; ya le he dicho que no podremos permanecer mucho tiempo juntos y jamás se me pasó por la cabeza pedirle al técnico autorización para que ella se quedara en mi habitación", apostilló Zinho.

Quien también ha tenidido problemas ha sido David Beckham, la estrella del Manchester United. Su fama en Japón, donde se transmiten por televisión los partidos de la Premier League, quedó patente a la llegada del equipo inglés a Tokio. Una multitud le acosó de tal forma que el marido de Victoria Spice tuvo que ser protegido primero y más tarde escoltado por la policía, que a duras penas consiguió sacarle del aeropuerto.

El partido ha provocado tanta expectación que las 56.000 entradas que se pusieron a la venta telefónicamente el pasado 24 de octubre se agotaron en una hora y 27 minutos. En la reventa el precio de los billetes ascendía a 150.00 pesetas.

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