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"Soy el paladín de la ópera española"

"Soy el defensor y el paladín de la ópera española", dice el tenor Plácido Domingo al explicar su participación en la celebración del centenario de la Sociedad de Autores, que llevará al Teatro Real, a partir del día 11 de diciembre, Margarita la tornera, ópera de Ruperto Chapí. "Es una pieza de gran calidad", añade Domingo. "El público se va a sorprender por sus pasajes sinfónicos extraordinarios. Y su españolismo no es exagerado, suena internacional".El tenor, de 58 años, habla en un breve intervalo, a caballo entre los ensayos en Madrid y su actuación en Fedora, el lunes en la Staatsoper de Viena. Domingo recuerda que estuvo dudando entre La Dolores y Margarita, dos obras del mismo autor. "Pero descarté La Dolores porque el personaje del tenor es un chiquillo de 15 años, un seminarista, y no va nada con mi persona".

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Margarita la tornera se estrenó en el Teatro Real el 24 de febrero de 1909. Y se cuenta que el compositor, uno de los grandes luchadores por los derechos de autor españoles, que además dirigía la orquesta el día del estreno, salió veinte veces al escenario para agradecer las ovaciones. Poco después, durante las primeras funciones, Chapí murió de pulmonía, a los 57 años, y a pesar del rotundo éxito no volvió a interpretarse la obra hasta hoy. Plácido Domingo cree que si el compositor no hubiera muerto, hubiera retocado su obra, que cuenta una historia digna del mejor filme de Garci: una monja seducida por un Don Juan y protegida por la mismísima Virgen. "Nos hemos permitido ver la partitura desde un punto de vista más moderno, tratando de aligerarla un poquito, y yo creo que al público le va a gustar", dice Domingo, que admite que se han efectuado retoques en un libreto con algunos puntos flacos y frases que suenan viejas. "Si sale una frase que choque al público, se arma...".

"La verdad es que el público podría romper a carcajadas al escuchar a Don Juan decir: "Fortuna por mí lograda, joya, mujer o moneda... Nunca salió de mis manos si no fue con mi licencia". "Según se pronuncie, eso de jo...ya puede sonar muy mal, y además queda demasiado fanfarrón poner al mismo nivel joya, mujer y moneda" .

Así que la frase ha sido transformada ahora en "fortuna por mí lograda... mujer por mí conquistada", pero el cantante advierte de que las torpezas de los libretos no son exclusivas de la ópera española. "En todas las épocas hay obras que se vuelven extemporáneas, también se dicen muchas tonterías en las óperas italianas y francesas; pero el público no las entiende y no pasa nada".

Plácido Domingo actuó ayer por última vez en este siglo en la Staatsoper de Viena, uno de sus teatros favoritos. Hasta el 2002 no volverá a cantar en ese lugar, donde el público lo recibe siempre con frenéticos aplausos y lluvias de flores. Su posición de estrella indiscutible le ha traído menos fortuna en el Festival de Salzburgo, que él admira por tratarse de un evento "único por sus fabulosas posibilidades de dinero y de tiempo, y por su rica tradición anclada en dos pilares: la Orquesta Filarmónica de Viena y el Coro de la Ópera".

El tenor se muestra optimista en que la cosa mejore con la elección de Peter Ruzicka como único candidato para sucesor del director del Festival de Salzburgo Gérard Mortier. Ruzicka, elegido en Austria después de una ardua búsqueda por una comisión de cuatro proponentes, le parece un candidato menos conflictivo que Mortier. "Si politizamos, podríamos decir que los tiempos de Karajan fueron de derechas y los de Mortier de izquierdas. Espero que con Ruzicka exista una democracia total en la selección del repertorio de artistas: un poco de derechas y un poco de izquierdas".

Aunque al referirse al belga Gérard Mortier dice que "la relación es muy cordial", que siguen siendo amigos y que lo sigue admirando -"sus ideas son brillantes e innovadoras"-, el cantante no puede ocultar su disgusto con la administración del director artístico del festival, que abandonará su cargo en el 2001: "Mi relación con Mortier fue un poco extraña. Desde el punto de vista artístico no me dio nada.Yo le di mucho más a él. Él me atacó sin ninguna razón, decía que no quería artistas que no fueran a ensayar".

Según el tenor español, que no fue contratado por Mortier para ninguna producción en Salzburgo, el director del festival cometió un error con su rechazo generalizado a estrellas como Pavarotti y Jessie Norman. "No se dio cuenta de que, si me hubiese ofrecido alguna producción en Salzburgo, yo hubiese ido a ensayar con mucho gusto. Este año voy al Festival de Bayreuth a hacer la Walkiria y hago todos los ensayos del mundo si se me avisa a tiempo".

Recuerda que en sus pocas actuaciones concertantes de la Walkiria y Parsifal en Salzburgo tuvo mucho éxito. "El público me había echado de menos, me lo hizo ver en la actuación. El teatro estaba completo, pero por alguna razón Mortier no me buscó, sólo me ofreció un Edipo Rey que sabía que yo rechazaría porque la parte del tenor no es interesante para mí".

Otro aspecto poco convincente de la dirección de Mortier, según Domingo, fue el predominio de obras modernas en la programación musical. "El público siempre se inclina más a lo tradicional que a la aventura. En los tiempos antiguos -bajo Karajan- no se encontraba ni una entrada, pero últimamente sí se encuentran "

Muy diferente es el tono al hablar del que probablemente será el nuevo director de Salzburgo, el compositor y director de la orquesta Ruzicka, cuya elección debe ser aprobada el próximo jueves. "Nuestra relación es magnífica", dice, y luego describe al actual presidente de la Biennale de Múnich y de la Academia de Teatro de Baviera, al que conoció cuando dirigía la Staatsoper de Hamburgo, como "un hombre muy tranquilo, sereno y afable".

Domingo espera que bajo la dirección de Ruzicka el público vaya a Salzburgo a gozar de una combinación de obras convencionales y de vanguardia, y que se encarguen nuevas obras. "Es la línea que he seguido yo en Los Ángeles".

Basándose en su experiencia en la dirección artística de la Ópera de Washington, donde lleva ya cuatro años (acaba de prolongar el contrato por otros cuatro), y en Los Ángeles, donde está desde hace tres años , Domingo cree que para un director de teatro siempre vale el lema "renovarse o morir". Aunque como cantante admite que rige otra consigna muy distinta: "Sigue mientras puedas".

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