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El primer pleno del consistorio de Tarragona tras las autonómicas evidencia la tensión entre CiU y el PSC

La primera sesión plenaria en el Ayuntamiento de Tarragona después de las elecciones autonómicas, en un momento en que CiU todavía no ha pactado una mayoría de gobierno en el consistorio de la ciudad, reflejó las tensas relaciones en que se encuentran las dos formaciones protagonistas del anterior pacto de legislatura: CiU y el PSC.El anterior concejal de Urbanismo, el socialista Josep Anton Burgasé, se enzarzó en una dura batalla dialéctica con su sustituta, la convergente Maria Lluïsa Expósito, que acabó con la suspensión del pleno del pasado lunes por parte del alcalde, Joan Miquel Nadal.

El enfrentamiento se produjo en el momento en que el PSC dirigió a la responsable de Urbanismo una serie de preguntas referidas a obras e infraestructuras pendientes de realización. Tras la batería de preguntas, Expósito recriminó a Burgasé que le preguntase por expedientes que habían sido de su competencia. "No pretenda que hagamos en tres meses lo que usted no ha hecho en cuatro años", le espetó la concejal convergente. Expósito recibió una dura contestación del socialista, que la comparó con las integrantes de "la sección femenina" y el alcalde decidió suspender y dar por finalizado el pleno, que era el primero que se realizaba después de las autonómicas, en el que los socialistas pretendieron dar pruebas de la dureza con la que se comportarán estando en la oposición, si CiU mantiene su situación minoritaria o pacta con el Partido Popular, con cuyo apoyo los convergentes pudieron aprobar las ordenanzas fiscales para el año 2000.

Joan Miquel Nadal compareció ayer por la mañana con la concejal de Urbanismo para presentar el plan de aparcamientos de la ciudad. Pese a que la edil no pronunció una palabra, el alcalde recriminó a Burgasé sus palabras: "No se puede llamar a nadie navajera, barriobajera, sección femenina". Nadal solicitó del concejal socialista una rectificación pública, "puesto que sus palabras se encuentran no sólo fuera de la vida política, sino también de la vida ciudadana normal", afirmó. El socialista, mediante un comunicado, pidió disculpas "a aquellos cuya sensibilidad haya podido herir". Aun así, el grupo municipal socialista responsabiliza al alcalde de haber permitido el aumento de la beligerancia en el pleno y de haber irritado a Burgasé, con el que, por lo demás, mantiene buenas relaciones.

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