_
_
_
_
_
FÚTBOL Décima jornada de Liga

El Rayo se comporta como un grande

El equipo de Vallecas sumó en Valladolid su cuarta victoria fuera de casa

El Rayo es líder otra vez, y lo es batiendo récords propios y ajenos: es el mejor equipo lejos de su campo y se ha hecho un hueco entre los grandes. Ayer en Valladolid no mereció ganar, pero eso también forma ya parte de su recién adquirida grandeza. Cuando todo lo demás no funcionó lo hizo Keller, que desde su portería alejó todos los males, rechazó balones como si fuera una pared, trasmitió seguridad donde existía incertidumbre y hasta amaestró a los palos para los casos en que su manopla no alcanzaba. Con todo, el Rayo no dejo dudas porque fue a lo suyo, a dejar que el rival se centrase en su portería y a trabajar sus bandas para al final llevarse los tres puntos. Le sobraron gotas de conservadurismo y le faltó cuota de partido, pero vuelve a ser líder. El Valladolid lo hizo todo bien, pero sufrió de males arbitrales y de falta de puntería y sobre todo se chocó con un equipo entregado a su buena fortuna.El equipo de Juande Ramos expuso al inicio del choque las razones de su hegemonía como visitante en lo que va de campeonato. El Rayo se mantuvo fiel a todas sus señas de identidad con un rombo en el centro del campo que se lió a distribuir fútbol a diestro y siniestro. En dos minutos la defensa del Valladolid había sido puesta a prueba y esa prueba resulto tansatisfactoria para el Rayo que golpeó y golpeó hasta que al final consiguió marcar en una jugada tan espectacular como todo lo que en esos momentoshacía el cuadro de Vallecas: Llorens centró desde la izquierda, Bolo en el centro no alcanzó el balón pero si se llevó a toda la defensa del Valladolid y Ferrón en el segundo palo cruzó el balón sobre la salida de Cesar. Fue como un estallido porque desde ese momento el cuadro vallecano se lanzó hacia delante para rematar a un rival que parecía querer sentenciarse así mismo.

VALLADOLID 1

RAYO VALLECANO 2Valladolid: Cesar; Santamaría, Peña, García Calvo, Marcos; Chema, Eusebio (Turiel, m. 79), Lozano, Rodrigo; Víctor, Peternac (Alberto, m. 74) . Rayo Vallecano: Keller; Estibariz, Cota, Hernández, Clotett; Poschner (Michel, m. 61), Llorens, Ferrón (Amaya, m. 66); Cembranos; Canabal (Pablo Sanz, m. 34) y Bolo. Goles: 0-1. M. 9. Ferrón cruza un balón al segundo palo que entra por la escuadra. 1-1. M. 69. Peternac, en un contragolpe del Valladolid por la derecha, cede el balón a Víctor que envía hasta el fondo de las mallas. 1-2. M 84. Zapatazo de Llorens después de recoger un balón perdido por Marcos que no pudo parar César. Árbitro: Díaz Vega. Amonestó a Poschner, Pablo Sanz, Estibariz, Peña y Marcos. Unos 10.000 espectadores en el Nuevo Estadio José Zorrilla

Y es que el Valladolid en todo ese tiempo, que fue bastante, no rascó bola. Se perdió en el centro del campo en el inicio del partido y tardó tanto en reencontrarse que cuando lo hizo el Rayo ya estaba por delante. Pero al final la recuperación se produjo con la fuerza atractiva de las arrancadas de Rodrigo y la entrada en juego de Eusebio. Tan bien se recuperó el Valladolid que sólo Díaz Vega le privó de empatar al anular un gol legal de Víctor por una supuesta falta sobre Keller ; el arbitro asturiano, incluso, se tragó un penalti sobre Harold Lozano. Juande Ramos leyó lo que estaba ocurriendo y puso vendas a la hemorragia de manera instantánea: retiró a uno de sus dos delanteros, Canabal, y colocó sobre el césped a un quinto centrocamopista, Pablo Sanz.

El efecto curativo fue inmediato y el partido entró en una fase de incontinencia futbolística en la que si el Rayo tenía el control, el Valladolid se hacía acreedor a un empate, pero las ocasiones que montaban Rodrigo, Víctor y Peternac se estrellaban en Keller que en esos momentos ya era un frontón. El Rayo salió ileso del trance y se fue al descanso con el liderato en el bolsillo., pero con sensaciones contradictorias, porque si había dominado durante un buen rato con fútbol de alta densidad, la gasolina se había terminado demasiado pronto y un rival tan extraviado como el Valladolid le había puesto en demasiadas dificultades.

Los signos se confirmaron en la segunda mitad y el Rayo continuó en su labor de retrasar su línea defensiva y comenzó a esperar muy atrás. El Valladolid que ya se había crecido en la primera parte pasó a tener un control absoluto de todo lo que ocurría en el césped, pero fue entonces cuando el estado de gracia d Keller se manifestó en toda su amplitud. El portero del Rayo terminó de desquiciar a un equipo ya muy alterado por el árbitro y que poco a poco comenzaba a descomponerse. Juande Ramos constataba sus lecturas del partido e iba agregando consistencia a medida que pasaban los minutos. Además, el Rayo comenzó a tirar contragolpes y el Valladolid estaba al borde del hundimiento cuando Víctor acertó a colar el balón entre Keller y dos defensas. El choque volvía a su inicio y el Rayo utilizó las mismas armas que había empleado casi hora y media antes. En una jugada perfectamente trenzada en el área del Valladolid, Llorens de un tremendo zurdazo mandaba al Rayo otra vez a lo más alto de la clasificación. El Valladolid se quedaba con las manos vacías sin merecerlo e incluso a tres minutos del final, Turiel puso un balón en larguero de Keller.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_