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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Eutanasia social

Una especie de eutanasia social. Eso es un diagnóstico médico que condiciona un trasplante de corazón a la mejora de la situación sociolaboral de su receptor. Se trata de un elemento discriminatorio ajeno a la medicina y contrario a los principios que informan la legislación sanitaria. Por ello debe ser rechazado con energía. Así lo ha hecho el Insalud desautorizando ese diagnóstico de forma expresa.Es posible que los médicos que alegaron la precaria situación sociolaboral de un emigrante saharaui de 52 años para cuestionar la conveniencia de hacerle un trasplante cardiaco no fueran conscientes del sesgo peligroso de su decisión. Pero condicionar la intervención, cualquier intervención, a la mejora de las precarias condiciones de vida del paciente supone en muchos casos negar asistencia médica, lo que en este caso equivale a un riesgo cierto sobre su vida. Algo que está en los antípodas de lo que constituye la tarea del médico y de la medicina.

Es cierto que, como alegan estos médicos, los trasplantes son un bien escaso y que, además, exigen un largo y delicado posoperatorio. Pero eso no justifica que se establezcan prioridades basadas en otros criterios que los estrictamente médicos. En el límite, ese argumento llevaría a establecer una discriminatoria y arbitraria línea divisoria por motivos sociales en la medicina pública. No pocos de los tratamientos que ofrece la sanidad pública son un bien escaso o insuficiente, y son muchos los pacientes que no están en las mejores condiciones sociales y familiares para recibirlos. Pero la sanidad pública dispone de unos servicios de asistencia social cuya tarea es, precisamente, atender esas situaciones. Los médicos deben activar estos servicios cuando la situación familiar o social del paciente lo requiere, pero no escudarse en ella para no hacer lo que deben. En el caso de este inmigrante saharaui, se trata sencillamente de no discriminarle y de aplicar a su caso los criterios generales que rigen en la espera de trasplantes de órganos. Felizmente para Abdelhak Chaib Mohamed, el Insalud ha intervenido a tiempo cortando de raíz un comportamiento médico rechazable.

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