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Reportaje:

Aprendices de Disney

Se mueven, bailan, cantan y hasta han provocado las lágrimas en más de un espectador, aunque son pura fantasía. Se trata de los dibujos animados. Mickey Mouse, el oso Yogui o Mazinguer Z han cautivado ante las pantallas de televisión a millones de niños, pero, ¿quiénes son sus creadores?, ¿cómo se hacen?, ¿de dónde surgen? Todas estas preguntas encuentran respuesta en la muestra La Animación en España, que desde el pasado viernes y hasta el próximo día 22 se puede visitar en la Diputación de Córdoba. La exhibición sirve de prólogo al X Foro Cartoon que, organizado por la Unión Europea, se celebrará en la ciudad del 23 al 25 de septiembre, y al que acudirán más de 500 profesionales europeos del sector. Junto a las fotografías de viejos personajes animados y algún que otro cartel de tiempos pasados, el principal atractivo de la muestra son los talleres de animación dirigidos a los más pequeños. Cuatro estudios profesionales enseñan a los niños otras tantas técnicas utilizadas en el mundo de la animación, desde el sistema tradicional de dibujos, base del resto de las técnicas, hasta el más moderno trabajo realizado en tres dimensiones con las últimas tecnologías informáticas, pasando por la animación con plastilina o la pixilación, que toma como base de sus creaciones a las propias personas. En principio, la muestra está dirigida a los pequeños de entre 7 y 14 años, aunque la asistencia de niños de más edad es más que notable. Marta tiene 12, y no ha faltado ni un solo día desde que se empezaron los talleres. Sea por la buena acogida de la directora del grupo de pixilación, Mercedes Gaspar, sea por los atractivos que ofrece esta técnica, lo cierto es que ella no se ha movido de allí en los últimos cuatro días, y anuncia que no piensa hacerlo hasta que no concluya la muestra. "Es que voy a primero de ESO y no empiezo hasta el día 22", aclara al ser preguntada que cuándo piensa en ir al colegio. La mayoría de los asistentes ayer al centro eran estudiantes de secundaria que aún no han empezados sus clases, aunque los organizadores de la muestra esperan, no sin temor, la avalancha de excursiones organizadas a partir de hoy, tras el inicio del curso. En esencia, todas las técnicas se reducen a lo mismo: 24 imágenes distintas para lograr un segundo de movimiento. Con el sistema tradicional, son el puño y la pluma los encargados de lograr tanto dibujo. En la pixilación, el movimiento se logra captando las correspondientes imágenes de personas en posturas diferentes, según la rapidez con que se hagan los movimientos, se logra un efecto más o menos natural. "A veces parece un robot, para dar un efecto cómico, otras, buscamos la lentitud, logrando un mayor romanticismo", explica Gaspar. Con la plastilina, los distintos fotogramas se obtienen modelando a los muñecos y sacando diferentes instantáneas de cada paso. Hasta dos horas tardan los chavales en lograr un solo segundo de película, según comenta el encargado de este taller, Ernesto Pastor, colaborador de Barrio Sésamo o Los mundos de Yupi. La responsable del estudio Kinora, Elizabeth Ferrandis, reconoce que su taller de animación en tres dimensiones, conseguida con potentes equipos informáticos, es el menos visitado por los pequeños, ya que apenas si llegan a comprender qué es eso de las tres dimensiones. Sin embargo, los más mayores lo tienen claro: lo suyo es la informática. Ferrandis asegura que no se puede llegar a ser un buen animador en tres dimensiones sin conocer antes la técnica básica.

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