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Datos médicos erróneos pululan por el ciberespacio

Comprar medicamentos no es la única forma de arriesgar la salud por medio de Internet. En muchas ocasiones basta con utilizar la red para obtener información médica sin conocer qué direcciones ofrecen datos rigurosos y científicamente comprobados. La red está plagada de información médica errónea o engañosa. Un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan ha publicado en el último número de la revista especializada Cancer un estudio sobre la fiabilidad de la información sanitaria disponible en Internet. Los resultados son preocupantes.

Los científicos analizaron 371 páginas web que contenían información sobre el sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer de huesos que afecta sobre todo a niños y jóvenes. Un tercio de las referencias carecían de la menor indicación de que los datos hubieran pasado los controles por los que la comunidad científica internacional garantiza la solvencia y rigor de los experimentos y ensayos clínicos que se hacen públicos. De estas referencias, un 6% contenían información "claramente errónea", y en otras muchas los datos estaban anticuados o eran engañosos. La situación es mucho peor en el caso de enfermedades más comunes, como el cáncer de mama, que aparece en 60.548 páginas de Internet.

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La directora del equipo de la Universidad de Michigan, Sybil Biermann, señala: "Expertos, especialistas, autoridades, profesionales, promotores de las terapias alternativas, legos con intereses ocultos, charlatanes y farsantes, todos ellos pueden poner la información que quieran en la red".

La científica prosigue: "Hay algunas páginas web excelentes y fiables, pero también muchas otras que son extremadamente engañosas. Nadie revisa lo que la gente pone en la red, y he visto páginas con curas falsas para un buen número de tipos de cáncer. Lo que uno lee en Internet puede acabar matándole, si se lo cree".

Publicar un resultado científico es un procedimiento complicado. Los investigadores deben describirlo con todas las precisiones necesarias para que otro laboratorio cualquiera pueda reproducirlo. Después deben dirigir el artículo a una publicación revisada por pares, lo que quiere decir que otros dos, tres o más científicos independientes de prestigio, especializados en el tema en cuestión, deben examinar el manuscrito. Si éste no les convence por completo -la situación más frecuente- pueden rechazarlo o pedir a los autores que lleven a cabo experimentos adicionales para aclarar los puntos oscuros. Evidentemente, nada de esto es necesario para publicar algo en Internet.

Las siguientes direcciones ofrecen información médica fiable : Healthfinder: www.healthfinder.gov Institutos Nacionales de la Salud de EE UU: www.nih.gov/health Biblioteca Nacional de Medicina de EE UU: www.nlm.nih.gov Clínica Mayo: www.mayohealth.org

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